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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
6
Thriller. Drama Boston, años 70. El agente del FBI John Connolly (Joel Edgerton) convence a Whitey Bulger (Johnny Depp), un mafioso irlandés que acaba de salir de la cárcel, para que colabore con el FBI con el fin de eliminar a un enemigo común: la mafia italiana. Esta nefasta alianza provoca una espiral de violencia que permite a Whitey eludir el control de la ley, consolidar su poder y convertirse en uno de los más implacables y poderosos gangsters ... [+]
28 de octubre de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si todo imperio digno de ese nombre o cualquier forma de poder conocida es en gran medida una enrevesada manera de administrar, de repartir miedo a diestra y siniestra, en el caso del gansterismo mafioso resulta, tal afirmación o premisa, de una claridad cegadora, colosal, obsesiva. Un miedo como sombra que, tarde o temprano (toda historia de ladrones acaba siendo tristemente una tragedia), ocupará el lugar del cuerpo, invadirá a sus protagonistas como un alien o una tenia. Un miedo dividido, con doble cara: el volcado hacia el exterior, terror en estado puro, amenaza constante, extorsión y violencia animal; y el que se retuerce como una medusa, se esconde en el interior de los ejecutores, el que cambia de piel para resurgir como paranoia, la sensación angustiosa, y muy verosímil, eso es lo malo, de que todos, absolutamente, son posibles enemigos, chivatos, traidores, débiles, cobardes y miserables que te venderán a las primeras de cambio nada más que por un plato de lentejas, o treinta monedas.
Depp transformado en un enorme lagarto surgido de la pantanosa Boston de los setenta, que devora todos los insectos de su ecosistema hasta casi quedarse solo. Con su mirada azul, de maniquí, su gesto glacial y su máscara turbia; una esencia reptil y venenosa. Voraz pero discreta. Terrible pero sin grandeza.
Y la historia de un trío, el retrato de un poder. Dos hermanos y un amigo. El criminal, el político y el policía. Las tres cabezas de la hidra. Intercambiables y abominables. Muy normales. Espejos cóncavos que reflejan la misma ambición.
Película de factura elegante, sobria, fría. Evita pulcramente la épica de baratillo y soslaya con cierto estilo la brutalidad más sucia. Le falta autoría, decisión, personalidad. Repite modelos muy visitados (en cierto modo es una hija de mil padres, remiendo y remedo de muchas otras, Frankenstein reloaded); sin disimulos (hasta casi copia literalmente al Pesci más desmelenado, al de la mítica escena de tensión/chiste de "Uno de los nuestros", en el alambre, nunca se sabe cuando empieza la broma y acaba la violencia, o al revés), sin coraje, inclinándose con respeto y temor ante sus mayores, ofreciendo la cabeza decapitada.
Por todo ello se queda solo (es bastante) en algo parecido a una buena película. Más que suficiente. Menos de lo deseable.
Ferdydurke
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