El aspecto moral de la cuestión. Todo mejora. La flauta mágica.
Soseki, Murakami, Carroll, el gato de Cheshire.
Rimabud, Goethe, René Clair.
Belleza, magia, fantasía y domingo.
Diana o la cazadora solitaria, Miau, Vida y color, Doblar el espinazo (del diablo).
West Side Story y Milagro en Milán.
Aburrida y bonita, no sé si por ese orden exactamente, Cronopios y famas, La cruzada de los niños, tiene todas las mejores intenciones del mundo morales imaginativas sesenteras checas encantadoras encontradizas tiernas y naíf este cuento puerilmente surrealista y tan colorido chulo, pero se la/te come el tedio, fino, a bocados brocados bostezos, el desangelamiento, los grandes rasgos o arquetipos, la falta de matices o ambigüedades apenas, lo grueso o básico o primitivo tan kitsch lisérgico delicado ronronea maúlla, por un momento, en el campo, en medio de la bucólica naturaleza, y eso es bueno, casi que parecía una novela pastoril portátil renacentista futurista, retro futurismo vintage, La Galatea para algunas señas, toca la zampoña y el rabel, pastorcito mío, el caramillo y la gaita, en la ciudad es más de circo y tentetieso, que llega el mago, de Spectrum, The Alan Parsons Project, Maurice Jarre, Jean-Michel Jarre, Mike Oldfield, la sinfonía de la primavera, de Beethoven la pastoral, viva Chequia, la república, Emil Zatopek, Janacek, Bohumil Hrabal, Ungar, Mozart (en Praga), Kafka, Milos Forman y Milan Kundera, Los amores de una rubia, estupenda, de muy buenos y muy malos, de bufa opereta, el gato es Dios, totem, y los demás son unos pazguatos de no te menees.
Tiene buenas ideas y el intento constante de ser atravesada poseída por un humor inocente con ciertos rasgos de crítica social y política y sin parar es todo maravilloso, no se la puede poner mayor pega, pero la cosa no casa ni engarza, los puntos de sutura están ausentes, el citado humor deshilachado, el guion repetitivo, inerte, los personajes con falta de peso o sustancia, demasiado obvio el conjunto pese a lo supuestamente raro o atrevido o pese a lo libre y juguetón del tono resulta pesada, fofa, constreñida, limitada.
Debería ser un acojono, un disfrute, un despiporre, una obra feliz maestra, y lo es seguramente, lo mismo que una pesadilla preciosa fallida por cansina y vacía, fría.