Impecable película de acción.
Nos podemos agarrar, si queremos aparentar o mucho fardar, a la eterna lucha del bien y el mal por conseguir el poder del alma humana, a la consabida oscuridad del sueño americano, su otra cara de la luna, el reverso ominoso, o hablar, quizás, de un cuento malévolo, sarcástico, sobre las familias perfectas, los pueblos idílicos y los ganster de cómic, sobre héroes, armas de fuego y sexo desatado, o, por qué no, comentar también con bellas palabras que en esta historia de apariencia convencional nada es lo que parece, que lo que cuenta realmente es la lucha titánica de un hombre escindido por merecerse una segunda oportunidad, por acabar de una vez por todas con un pasado nefando y ganarse así el respeto verdadero de los suyos, pero en verdad, si somos sinceros y nos atenemos a lo visto y nos dejamos de paparruchas, no es más (y es mucho) que una película típica, superficial y muy entretenida, con una trama simplona, aunque eso sí, rodada a lo grande, con sencillez poderosa, con artesanal maestría, con elegante dureza y fría sequedad.