Ni feos, deformes, raros o diferentes especiales, ni defectos ni mierdas, son personas completamente normales a las que a las pobres desde tan pequeños les pusieron prótesis grotescas ridículas en la cara hasta que estas hicieron callo, de hecho las mismitas, se las debieron robar o comprar, que utilizaba Joaquín Reyes para hacer sus felices imitaciones en Muchachada Nui, que, por cierto, pronto, a él también, le pasaron factura, por eso se acabó el programa precipitadamente, se les fue de las manos, porque empezaba a notar los primeros síntomas de la metamorfosis (en una leguminosa) que no metempsicosis, así estamos, y claro, al final la cosa se va de madre disparata degenera, las adherencias adiposidades o protuberancias hacen pasta y se mezclan sus elementos químicos nefastos con los de la desarmada piel humana, se junta la guasa la sangre argamasa con el plástico y todo se degrada casi como la burguesía y un día sin apenas darte cuenta ni comerlo ni beberlo, transferencia psicosomática mediante de padre y muy señor mío, ya te crees Juana de Arco y Federico García Lorca, que nadie te pare, la pámpara, o tal vez una silla de ruedas una mesa camilla o una rebequita de entretiempo, sientes que te has transformado sin ningún género de duda, claramente, como Kafka en una gigante cucaracha, ya tienes una misión en la vida, pillaste al esquivo sentido en un descuido, vengarte de los que te pisan los cabrones, es lo que tiene, el proceso, este, a quién cojones diantres se le ocurre hacerle eso a un infante inocente, a un bebé hay que protegerle, nunca llenarle la cara de infecta basura, debiera estar prohibido, que los detengan, para empezar a hablar a los de esta película, a los responsables o creadores de esta obra por llamarla de alguna piadosa manera, a la trena, aprisa, date vida.
Una variante algo retorcida de Centauros del desierto y también de La caja de música. Para que vean, amigos.
Donde viven los monstruos un monstruo viene a verme monstruoso monstruos s.a. Adopta uno y te llevas cuatro, toda la camada, de paso. Qué ternura. V, viven entre nosotros. Marranadas.