El tiempo de los asesinos. Heracles, Hércules, el Hades.
A ver, a dios morir, el comienzo es bueno, está bien rodado, está muy chulo, el hielo, qué dura, ¿quince minutos?, vale, de acuerdo, pues eso, las otras dos horas y pico son de tanatorio, de suicidio con esmoquin y pajarita, de harakiri y tentetieso, de ver o vivir para no contarla, de covid o lo que sea. Tortura fina gruesa.
Es más o menos lo de siempre embutido en un melodrama de no te menees o culebrón gélido más el toque radical chic afro cultural que no falte y la salsa como dios no manda aliñe, es decir, igual pero peor pero lo mismito, un adefesio mal hecho con tanto dinero, a espuertas. De bostezo en bostezo hasta la asfixia final, Morfeo. Y mira que ella es bella, de aúpa, como (casi) ninguna, y no me refiero a la 007 ni al lo 007, hablo de Lea, dios no la tenga en su gloria, aquí impávida y sosa como pocas, pero tan elegante y atractiva y él, ya, claro, pero un tanto ajado y haciendo el indio ridículo un poco más si cabe de lo acostumbrado, el listón está alto, nacer para esto, para acabar protagonizando una película de las de Santiago Segura, me refiero, por supuesto, a las últimas, siempre lo digo, y ahora lo confirmo, a los hechos me remito, las comparaciones son oro, la mar de pertinentes y hermosas, tanto Torrente como Jaimito han ido mejorando sin freno, evolucionando creciendo hasta llegar a hacer un cine familiar, concienciado y concienzudo, blanco, generoso, solidario, para todos los públicos, no solo para los lelos, que nos mejora tanto individualmente como en conjunto, como especie, en cadena (de favores), la cadeneta, amor, que es bueno para la sociedad y el universo, cabeza de termo no, que pone en valor... algo, eso seguro, ah, sí, que defiende los derechos humanos, a las minorías y el cambio climático..., no, perdón, esto no lo defiende ni lo postula, que me lío, lo cuestiona, está radicalmente en contra de hecho, con todas sus fuerzas, que no cambie, que, de una vez por todas, se calme, párate, quieto se quede, basta, vale, lo mismo que de todo lo malo, especialmente de lo que más lo representa, de la muerte...