Bong Joon-ho se está convirtiendo paso a paso en uno de los cineastas asiáticos más interesantes de los últimos tiempos. Tras la destacable "Memories of a murder" y la interesante trasgresión del género de monstruos gigantes "Kaiju Eiga" que supuso "The Host", vuelve a ofrecernos su particular estilo con la intriga de esta notable "Mother".

Un joven de pocas luces es acusado del asesinato de una chica mediante unas más que cuestionables pruebas; ante lo cual, su sobreprotectora madre intentará demostrar por todos los medios la inocencia de su vástago. La odisea de la mujer desesperada (excelente Hye-ja Kim) que ha de hacer frente sola la investigación del caso ante la desidia de la policía, devendrá en un thriller paranoico en el que nada es lo que parece en esa Corea aldeana, grisácea y bipolar.

Joon-ho demuestra que cada vez maneja con mayor destreza su labor tras las cámaras, mediante unas composiciones de plano excelentes, hipnóticas, de gran belleza plástica, a través de todo el metraje. Su tono, como de costumbre, opera entre el drama, la parodia, la ternura y la violencia, saltando de una emoción a otra con un sentido del absurdo libre de prejuicios: a veces uno no sabe si reír o llorar con lo que nos muestra en pantalla, no porque el director haga mal su trabajo, sino porque al muy gamberro le gusta manipular y contravenir los códigos habituales. Y lo consigue sobradamente bien.

Pero más allá de las habilidades del realizador y sus juegos transgresores, lo que cuenta es la trama y en ese aspecto no se descuida en absoluto la intriga en sí, la cual se revela en una pequeña gran historia en la que los personajes y sus desarrollos dramáticos pesan más que cualquier otra consideración. En fin, otra notable incursión del director coreano, cada vez más sobrio y maduro, aderezada con brochazos marcianos (esos bailes…) y filmada con una calidad indiscutible; recomendable para los que busquen thrillers intensos, algo extravagantes y muy diferentes.