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España España · Somewhere over the rainbow
Voto de iñaki:
10
Drama. Romance Año 1849, en Nueva York. Catherine Sloper, una rica heredera, tímida, inocente, poco agraciada y no muy joven, es pretendida por un apuesto joven. Ella se enamora de él apasionadamente, pero su cruel y despótico padre se opone a la boda y amenaza con desheredarla. Adaptación de la novela de Henry James "Washington Square". (FILMAFFINITY)
22 de agosto de 2011
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia de la pobre Catherine es una de esas cosas que ya no pasan. Una rica heredera carente de habilidades sociales, en la actualidad, puede comprarse lo que quiera, incluido un marido. Pero en la sociedad en la que vivía la pobre Catherine era algo reprobable. En fin, una historia de otros tiempos que sólo tiene cabida en el pasado. Un conflicto anacrónico y superado.
¿Qué interes puede tener para el espectador actual?
También hace tiempo que no atendía con tanto embeleso a una película. Y mira que ya la he visto unas cuantas veces. Últimamente he estado viendo cine reciente y he de confesar que muchas películas las tengo que terminar de dos o tres tirones y que, desde luego, no me enervan tanto como para ponerme tieso sobre el sofa por el asombro y la admiración. Algo que si consigue esta película con más de sesenta años a sus espaldas y al menos media docena de revisiones.
Y como tenía ganas de sentir esa sensación, hoy he vuelto a ver "La heredera". Podría haber sido casi cualquier otra película de Wyler, uno de mis cineastas favoritos.
Los cuarenta primeros minutos se ven con una sonrisa en los labios, casi como una comedia. El guión y la puesta en escena dan una sutil, irónica y acabadísima caracterización de los personajes. Pero cuando comienza el drama, llega el asombro ante la conjunción de talentos que hacen posible el milagro de una obra maestra. La secuencia de la espera nocturna de Catherine es portentosa. La muchacha más inocente, ingenua y dócil que pudiera imaginarse recibe en menos de un día las lecciones más amargas que puede darle la vida. Un crudelísimo despertar de la conciencia que provocará su metamorfosis.
Los diálogos, las miradas, los encuadres, la música, los decorados y su utilización, todo, absolutamente todo, esta cargado de sentido y relevancia. No hay paja ni rellenos, todo es substancioso. Capítulo aparte merecen las interpretaciones. Memorables Olivia de Havilland y Ralph Richardson. Apoteósico final.
Para el espectador actual, la posibilidad de empezar a distinguir entre un diamante y una circonita.
iñaki
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