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Voto de Sodapop:
9
7,8
9.803
26 de julio de 2010
48 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine asiático vuelve a dar una nueva muestra de originalidad y sensibilidad con esta película que intenta escapar de la alargada sombra del Náufrago de Zemeckis y que en mi opinión lo consigue con creces.
Lo consigue porque es distinta; porque muchos de sus planos son geniales; porque tiene un humor cruel muy al estilo Coen; porque es por momentos muy dramática; porque lo mismo que te hace reír segundos después te duele; porque el David Silva coreano hace un papelón; porque es irónica y crítica; porque enseña que se puede ser feliz con lo que la sociedad de consumo rechaza; porque el uso de la mierda es mejor que en Léolo; porque la relación entre los protagonistas es muy simpática; porque cultivar maíz, enfrentarte a tus miedos o poner el pie en la Luna tiene el mismo mérito; porque muestra la vida como un regalo, pero difícil de desenvolver; porque siempre habrá un Wilson en cualquier isla desierta. Incluso en cualquier cuarto cerrado.
Le falla un poco la BSO y el desenlace, pero haciendo cuentas, el resultado final es muy positivo. Es una cinta extrañamente desapercibida (apenas 130 y pico votos) al igual que esa isla en medio de esa gran urbe. Por eso mejor no recomendadla a cualquiera, hacedlo a los que sepáis que la van a apreciar. Los cinéfilos también necesitamos esas islas desiertas tranformadas en películas ocultas y no queremos que pierdan el encanto al ser de dominio y maltrato público.
Quien conozca el cine asiático sabe a lo que se enfrenta. El cine asiático es original, a veces demasiado. Puede ser pomposo y pedante. Puede ser en ocasiones una tomadura de pelo. Pero es tan necesario como Hollywood.
Lo consigue porque es distinta; porque muchos de sus planos son geniales; porque tiene un humor cruel muy al estilo Coen; porque es por momentos muy dramática; porque lo mismo que te hace reír segundos después te duele; porque el David Silva coreano hace un papelón; porque es irónica y crítica; porque enseña que se puede ser feliz con lo que la sociedad de consumo rechaza; porque el uso de la mierda es mejor que en Léolo; porque la relación entre los protagonistas es muy simpática; porque cultivar maíz, enfrentarte a tus miedos o poner el pie en la Luna tiene el mismo mérito; porque muestra la vida como un regalo, pero difícil de desenvolver; porque siempre habrá un Wilson en cualquier isla desierta. Incluso en cualquier cuarto cerrado.
Le falla un poco la BSO y el desenlace, pero haciendo cuentas, el resultado final es muy positivo. Es una cinta extrañamente desapercibida (apenas 130 y pico votos) al igual que esa isla en medio de esa gran urbe. Por eso mejor no recomendadla a cualquiera, hacedlo a los que sepáis que la van a apreciar. Los cinéfilos también necesitamos esas islas desiertas tranformadas en películas ocultas y no queremos que pierdan el encanto al ser de dominio y maltrato público.
Quien conozca el cine asiático sabe a lo que se enfrenta. El cine asiático es original, a veces demasiado. Puede ser pomposo y pedante. Puede ser en ocasiones una tomadura de pelo. Pero es tan necesario como Hollywood.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
"La evolución puede consistir en tener mejor sabor" Toma frase.