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Voto de Biopunk:
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Terror
Tras años luchando por formar una familia, Julie Rivers (Melissa Barrera) está embarazada de nuevo y se muda a una nueva casa con su marido. Al recibir la orden del médico de guardar reposo absoluto, Julie comienza a sufrir unas aterradoras experiencias fantasmales que despertarán sus demonios del pasado y le harán preguntarse si su casa está embrujada o está todo en su cabeza. Atrapada y obligada a enfrentarse a su pasado y a lo ... [+]
12 de julio de 2023
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Melissa Barrera es una embarazada de culo inquieto y cabeza loca. Parece que ha tenido un brote psicótico y estuvo internada, aunque todos sabemos que esa etapa de su vida la pasó con Ghostface.
En esto que la chica se cae porque su novio solo la usa de florero y se enfada. El médico le deja claro que hasta que nazca el bebé nada de jugar al pilla-pilla con niños muertos si no quiere que el suyo se una a ellos. Comienza así un período en el cual se pasa en la cama todo el día viendo películas, mirando tonterías en la red y jugando a videojuegos. Vamos, como cualquier joven moderno que vive de los padres, o se pone cámara y micro y se retransmite en directo todo el día, y vive de idiotas. No hay mal que por bien no venga.
Pero nuestra embarazada favorita no es de esas, es una mujer valiente y autosuficiente. Por lo que en el primer día ya anda correteando por la casa, subiendo paquetes y persiguiendo fantasmas. ¡Qué sabrán esos médicos! El hombre de la casa, que no mira para ella ni cuando está allí, pasa a echarle la bronca de forma rutinaria y para no soportarlo le promete quedarse quieta de verdad, como el florero que siempre quiso el imbécil. Por supuesto, mentía.
Y es que los fantasmas no paran a una de visitarla y claro, así es imposible estar en reposo. Estos espíritus, además, se las saben todas: mueven los coches de juguete, lanzan la pelota para que juegues con ellos, cierran y abren puertas, se esconden en el armario y a veces se materializan ante ti, diciendo cosas raras y moviéndose como Spiderman. La enferma, encantada de la vida. Es verdad que no la dejan pegar ojo pero al menos hacen compañía y entretienen.
Entre luces parpadeantes y pisadas del otro mundo, el marido decide pasarse de nuevo a dar la chapa.
Entramos en detalles.
En esto que la chica se cae porque su novio solo la usa de florero y se enfada. El médico le deja claro que hasta que nazca el bebé nada de jugar al pilla-pilla con niños muertos si no quiere que el suyo se una a ellos. Comienza así un período en el cual se pasa en la cama todo el día viendo películas, mirando tonterías en la red y jugando a videojuegos. Vamos, como cualquier joven moderno que vive de los padres, o se pone cámara y micro y se retransmite en directo todo el día, y vive de idiotas. No hay mal que por bien no venga.
Pero nuestra embarazada favorita no es de esas, es una mujer valiente y autosuficiente. Por lo que en el primer día ya anda correteando por la casa, subiendo paquetes y persiguiendo fantasmas. ¡Qué sabrán esos médicos! El hombre de la casa, que no mira para ella ni cuando está allí, pasa a echarle la bronca de forma rutinaria y para no soportarlo le promete quedarse quieta de verdad, como el florero que siempre quiso el imbécil. Por supuesto, mentía.
Y es que los fantasmas no paran a una de visitarla y claro, así es imposible estar en reposo. Estos espíritus, además, se las saben todas: mueven los coches de juguete, lanzan la pelota para que juegues con ellos, cierran y abren puertas, se esconden en el armario y a veces se materializan ante ti, diciendo cosas raras y moviéndose como Spiderman. La enferma, encantada de la vida. Es verdad que no la dejan pegar ojo pero al menos hacen compañía y entretienen.
Entre luces parpadeantes y pisadas del otro mundo, el marido decide pasarse de nuevo a dar la chapa.
Entramos en detalles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Que está toda loca, le dice. Normal. La tía se pasa el día hablando con críos muertos. En verdad la pobre mujer está abandonada en la casa, por lo que es la única testigo de que algo pasa allí. Pero el marido ya sabe que la mujer venía pinzada de fábrica. Lo de hablar con niños muertos no es nuevo. Y él no tiene tiempo para cuidar putas locas.
Decide llamar entonces a la típica enfermera siniestra que nadie conoce para que se ocupe de su molesta esposa, a la cual ceba de antipsicóticos. Lo normal que se le da a embarazadas convalecientes, si te la suda su bienestar y te irritan sus palabras.
Pero la chica, más lista que nadie, no se traga las estupideces de su chico, mucho menos sus medicamentos. El niño con el que jugaba ahora se pone serio y la avisa de que está en peligro, que hay otro fantasma en la casa muy malo y muy feo que se llevará a su bebé. Salta entonces al ruedo dicho fantasma, de la familia de los pelos largos. No tiene motivación, simplemente le va el rollo de asesinar niños, cuanto más jóvenes mejor.
Nuestra embarazada protagonista busca largarse de allí cuanto antes a paso ligero, como a ella le gusta, pero ahora a la comadrona y al marido de repente les ha entrado la urgencia de que se mantenga en la cama y no se mueva. Normal, si ellos no han visto nada…
Hasta ese momento. El fantasma niño vuelve a aparecer y ahora lo ven todos. ¡Justo a tiempo! La de minutos que nos habrías ahorrado si te apareces al resto de habitantes de la casa, majo. Pero bueno, yo lo entiendo, quien iba a querer jugar con un ególatra superficial o una comadrona que no para de contar historias de bebés muertos a una mujer que está a punto de ser madre y que ya perdió uno antes.
¡Silencio! Que el marido tiene la palabra. Lo del fantasma que mata niños ya lo sabía, nos comenta. Por eso la casa estaba tan barata. Buajajajajajajajaja, Y el hijo de puta lleva todo el rato llamando perturbada a la mujer, atiborrándola a pastillas y dejándola sola. Menudo sinvergüenza.
El fantasma de los pelos aparece en escena y manda a dormir al marido, que no nos venga ahora con protagonismos. A la comadrona la lanza por la ventana, que también está pesada. Vía libre para el duelo final de madres. Ah, bueno, que una no lo es aún. Ni te preocupes, que se pone de parto en un momento.
Bebé fuera, listo. Todo preparado para el duelo de madres. La que gane se lleva el recién nacido. Ah, mierda, que una madre está viva y la otra muerta. Ni te preocupes, que se muere en un momento.
Ahora sí joder, duelo de madres muertas. Te tiro de los pelos, sucia. Llevo entrenando para algo así desde que vi Scary Movie 3. Ni medio asalto aguanta la de los pelos. Claro, cuando no son niños la cosa se complica. Pues sí que ha sido rápido.
Momento drama. La antes embarazada ahora muerta mujer empieza a asimilar que es un fantasma. Escucha los llantos de su niño muerto hace años. Bueno, al menos tiene trabajo. Avanzamos hacia la luz… ¿Pero y ahora? Ah joder, es verdad, que en estas películas nunca se llega a morir. En qué estaría pensando. Sonido de los chispazos reanimando. Pues a la vida que vuelve. ¿Pero y quien cuidará el bebé del otro barrio? ¡No pasa nada! Ahí está la comadrona, que también la ha diñado y es otro fantasma. Ella se encarga, que siempre quiso un hijo. Un final feliz.
Decide llamar entonces a la típica enfermera siniestra que nadie conoce para que se ocupe de su molesta esposa, a la cual ceba de antipsicóticos. Lo normal que se le da a embarazadas convalecientes, si te la suda su bienestar y te irritan sus palabras.
Pero la chica, más lista que nadie, no se traga las estupideces de su chico, mucho menos sus medicamentos. El niño con el que jugaba ahora se pone serio y la avisa de que está en peligro, que hay otro fantasma en la casa muy malo y muy feo que se llevará a su bebé. Salta entonces al ruedo dicho fantasma, de la familia de los pelos largos. No tiene motivación, simplemente le va el rollo de asesinar niños, cuanto más jóvenes mejor.
Nuestra embarazada protagonista busca largarse de allí cuanto antes a paso ligero, como a ella le gusta, pero ahora a la comadrona y al marido de repente les ha entrado la urgencia de que se mantenga en la cama y no se mueva. Normal, si ellos no han visto nada…
Hasta ese momento. El fantasma niño vuelve a aparecer y ahora lo ven todos. ¡Justo a tiempo! La de minutos que nos habrías ahorrado si te apareces al resto de habitantes de la casa, majo. Pero bueno, yo lo entiendo, quien iba a querer jugar con un ególatra superficial o una comadrona que no para de contar historias de bebés muertos a una mujer que está a punto de ser madre y que ya perdió uno antes.
¡Silencio! Que el marido tiene la palabra. Lo del fantasma que mata niños ya lo sabía, nos comenta. Por eso la casa estaba tan barata. Buajajajajajajajaja, Y el hijo de puta lleva todo el rato llamando perturbada a la mujer, atiborrándola a pastillas y dejándola sola. Menudo sinvergüenza.
El fantasma de los pelos aparece en escena y manda a dormir al marido, que no nos venga ahora con protagonismos. A la comadrona la lanza por la ventana, que también está pesada. Vía libre para el duelo final de madres. Ah, bueno, que una no lo es aún. Ni te preocupes, que se pone de parto en un momento.
Bebé fuera, listo. Todo preparado para el duelo de madres. La que gane se lleva el recién nacido. Ah, mierda, que una madre está viva y la otra muerta. Ni te preocupes, que se muere en un momento.
Ahora sí joder, duelo de madres muertas. Te tiro de los pelos, sucia. Llevo entrenando para algo así desde que vi Scary Movie 3. Ni medio asalto aguanta la de los pelos. Claro, cuando no son niños la cosa se complica. Pues sí que ha sido rápido.
Momento drama. La antes embarazada ahora muerta mujer empieza a asimilar que es un fantasma. Escucha los llantos de su niño muerto hace años. Bueno, al menos tiene trabajo. Avanzamos hacia la luz… ¿Pero y ahora? Ah joder, es verdad, que en estas películas nunca se llega a morir. En qué estaría pensando. Sonido de los chispazos reanimando. Pues a la vida que vuelve. ¿Pero y quien cuidará el bebé del otro barrio? ¡No pasa nada! Ahí está la comadrona, que también la ha diñado y es otro fantasma. Ella se encarga, que siempre quiso un hijo. Un final feliz.