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Voto de Toni_Rosa:
8
7,2
20.121
Comedia. Drama
Al finalizar su jornada laboral Paul Hackett (Griffin Dunne), un solitario programador de una compañía de informática, se ve envuelto en una serie de extrañas circunstancias que le llevan a uno de los peores barrios de Nueva York. Allí vivirá una interminable y alocada noche intentado regresar a su casa en el Upper East Side. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2014
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La noche está sobrevalorada.
Los Simpson, en uno de sus centenares de macabros y antológicos resúmenes de la vida y sinsabores de las clases populares, tenía toda la razón cuando puso una sentencia forjada en una placa de eternio en casa puesto de trabajo, redactada por el Señor Burns y que dicta "Usted está aquí para siempre" en una de los enésimos desenlaces fracasados de los proyectos paralelos de Homer en que vuelve a su panel de control de la Central Nuclear.
Los habitantes de la noche y de los barrios con luces en las primeras doce horas del día, cuando en su mayoría son excluidos de los horarios que te señalan como una persona políticamente correcta y con un way of life bien visto por los avalistas de hipotecas, no garantizan que la noche sea un vergel de relaciones amorosas y una degustación apasionada pero controlada de la oferta musical. Qué esperábamos, se tienen que buscar la vida y están excluidos, no esperes que tú, con un curro de mierda pero que en teoría haces lo que te pedía la Iglesia, Disney y un sistema educativo secuestrado por las grandes corporaciones, ibas a ser saciado con tus aires de descanso.
La escultura final es una metáfora que toca la fibra y te hace partirte el culo de tanto madrugón y "sí, ahora lo hago".
Los Simpson, en uno de sus centenares de macabros y antológicos resúmenes de la vida y sinsabores de las clases populares, tenía toda la razón cuando puso una sentencia forjada en una placa de eternio en casa puesto de trabajo, redactada por el Señor Burns y que dicta "Usted está aquí para siempre" en una de los enésimos desenlaces fracasados de los proyectos paralelos de Homer en que vuelve a su panel de control de la Central Nuclear.
Los habitantes de la noche y de los barrios con luces en las primeras doce horas del día, cuando en su mayoría son excluidos de los horarios que te señalan como una persona políticamente correcta y con un way of life bien visto por los avalistas de hipotecas, no garantizan que la noche sea un vergel de relaciones amorosas y una degustación apasionada pero controlada de la oferta musical. Qué esperábamos, se tienen que buscar la vida y están excluidos, no esperes que tú, con un curro de mierda pero que en teoría haces lo que te pedía la Iglesia, Disney y un sistema educativo secuestrado por las grandes corporaciones, ibas a ser saciado con tus aires de descanso.
La escultura final es una metáfora que toca la fibra y te hace partirte el culo de tanto madrugón y "sí, ahora lo hago".