Esta película es demasiado amable con los franquistas. No lo digo yo: lo dijeron el propio director y la hermana de la escritora del libro en que se basa en el coloquio que vi después de que la emitieran en la 2 de tve. Las historias personales en que se basa fueron descafeinadas. Por poner un ejemplo, he leído casos donde las mujeres republicanas capturadas eran entregadas a los soldados del bando nacional para que las violasen, y unas horas después les pegaban un tiro. Los casos de torturas como los de "Billy el niño" también han salido a la luz.

Pese a todo, hay que reconocer la valentía de Zambrano de plantarle cara al establishment, que son los hijos y nietos de los que mandaban en el franquismo, y rodar esta película. Máxime cuando se atreve a meter a la iglesia por medio, como uno de los represores del estado contra la libertad del individuo.