Seré franco: la he visto porque a estas alturas me sigue produciendo cierta desazón no finalizar una saga ya empezada. Tras un comienzo digno las andanzas de Everniss se fueron convirtiendo en una narración hosca, introvertida, falsamente trascendente y, error imperdonable, aburrida. Desconozco si la culpa es de los libros originales, del guionista que los adaptó o del señor Lawrence, pero las dos últimas películas de The hunger games se me antojan una especie de epitafio al género de las distopías protagonizadas por adolescentes. No hay ritmo, ni sorpresa, ni nada que nos quite completamente el pésimo sabor de boca de la parte 1, y aunque se ha introducido más acción el cierre de todas las tramas es bastante indigno y carente de épica; no pedíamos un final irreal o glorioso, pero sí algo con más brío o que al menos recordemos. En fín, para este viaje no necesitábamos tales alforjas.