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Voto de DavidCarideS:
8
Thriller. Drama En Bangkok, el joven Julian, un fugitivo de la justicia estadounidense, dirige un club de boxeo tailandés que actúa como tapadera para tráfico de drogas. Su madre, jefa de una poderosa organización criminal, desembarca procedente de Estados Unidos para repatriar el cuerpo de su hijo favorito, Billy: el hermano de Julian ha sido asesinado tras haber violado y matado salvajemente a una joven prostituta. Llena de odio y deseo de venganza, ... [+]
3 de setiembre de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Drive' (2011), se tradujo, además de en una película estupenda, en una carta de presentación para quienes, tras siete películas, no se habían adentrado nunca en obra del danés Nicolas Winding Refn; y un alto en las américas del camino autoral de un director marcado en sus últimas irrupciones por un carácter desarraigado, barroco y experimental, quien firmó con esta última, su película más galardonada, conseguida, pero también más accesible. Era lógico que los espectadores hipnotizados por el empaque visual, musical y emocional de 'Drive', esperasen encontrar en la nueva película del danés una variable espiritual conservadora en esencia de la historia de “el escorpión”. Sin embargo el valiente Refn, sin mostrar ni pizca de compasión entrega una efectiva y extrañísima novena película: ‘Only God Forgives’. El resultado es demoledor: pésimas críticas asienten con apenas un 30% de reseñas positivas en RottenTomatoes, abucheos en Cannes, y almas de fans de ‘Drive’ heridas de muerte. La cuestión principal de esta coyuntura es: ¿Realmente ha tropezado Winding Refn o toda esta aversión generalizada es solo una pataleta de aquellos quienes han visto traicionadas sus ilusiones de ver una secuela encubierta de ‘Drive’ obviando los antecedentes de su realizador?

No se puede decir que ‘Only God Forgives’ no sea consecuente con los trabajos previos de Refn; los sintetiza tanto en la estética artística como en la temática, elevándolos un peldaño: la rojiza luz de los antros nocturnos es proyectada milimétricamente, una vez más, tras la irregular trilogía ‘Pusher’ y ‘Bleeder’; la praxis narrativa de diálogos elípticos y obsesión por los encuadres que se ha venido gestando desde ‘Fear X’ vuelven a enmudecer a los personajes y someterlos a la forma del conjunto; incluso tenemos de vuelta una suerte de versión del guerrero escandinavo interpretado por Mads Mikkelsen en ‘Valhalla Rising’ en la piel de Vithaya Pansrigarm; y, en efecto, retorna Ryan Gosling tras estupenda ‘Drive’ más como un gancho que como una conexión con aquella, lo que sin duda parece haber pasado recibo a la recepción de ‘Only God Forgives’.

La excusa argumental viaja esta vez por una carretera de odio, situada en Bangkok, donde se suceden las venganzas encadenadas que dan forma al discurso narrativo/visual de Refn, el cual no se me antoja a discurrir tanto en la medida de las implicaciones que produce violencia en los bajos fondos relatada en su fondo escrito, como en la visión ecléctica que ha adquirido su cine, algo que de seguro cabreará a todo aquel que vea en este arte, una jaula de preceptos moldeados en una estructura sostenida sobre el diálogo, la cohesión narrativa, la dirección de actores… El director de ‘Drive’ da un golpe posmodernista inyectado de rojo sangre que sintetiza varias bellas artes, empero señala a la pintura y la fotografía como principales influencias del milagro cinematográfico. Precisamente lo más criticado de ‘Only God Forgives’ (de la que se ha hablado como un ejercicio de estilo absolutamente vacío) es su propio sentido subversivo que huye de lo tradicional en busca de lo experimental, lo cual no solo no es nada malo, sino que es su mayor virtud.

La película es orgánica como un lienzo e inmediata como una fotografía. Prescinde conscientemente del exceso de diálogo para reforzar los sentidos visuales mixturando fondo y forma; la precisión por el encuadre tan obsesiva y absoluta de la marca Refn continúa transformando cada plano en una historia en si misma, coloreada y entonada por música dodecafónica al mismo tiempo que los hieráticos protagonistas, privados de un desarrollo emocional tradicional, se vuelven proyecciones que se difuminan dentro de los neones rojizos de la noche como un elemento más. Bajo estos preceptos, no es sorprendente que allá donde por donde se ha pasado el filme, haya causado opiniones controvertidas. El desarraigo de las formas tradicionales que ya le costó a Refn ganarse una legión de despotricadotes en ‘Valhalla Riding’, está aquí atenuado, pulido como un diamante, y bien dispuesto para golpear la moral de aquellos que aborrezcan los trabajos más personales del danés. Incluso hay quienes se atreven, por desviarse de la visión unidireccional y conservadora en la que muchos conceptualizan el cine, a tildado de pretencioso, una palabra muy fea (sobre todo para definir este tipo de producciones) que, cada día estoy más convencido, debería abolirse del diccionario, por ser gritada, escrita y adoptada en sentido peyorativo por todos aquellos aparentes conocedores del fin último y absoluto de aquello que se pretende, aunque en su vida hayan manifestado,o llevado a la práctica de forma efectiva, una aptitud por la cual podrían afirmarse preparados para comprender tal pretensión.

*Sigue en Spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
DavidCarideS
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