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Voto de Juan Marey:
8
Drama Primera épica bíblica de la historia de Moisés dirigida por el propio Cecil B. DeMille, y que se superaría a sí mismo con creces en su remake de 1956. Se narra la historia de Moisés desde su enfrentamiento a Ramsés y la aparición de las plagas de Egipto, hasta su éxodo liderando al pueblo judío hacia la Tierra Prometida, así como la revelación de los Diez Mandamientos en el monte Sinaí. El film tiene una segunda parte que analiza la ... [+]
12 de marzo de 2023
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El espectador que acudió a la proyección de “Intolerancia” (Intolerance, 1916), esperando disfrutar de la película como lo había hecho con ”El nacimiento de una nación” (The Birth of a Nation, 1915), sintió perplejidad ante lo expuesto por Griffith en su arriesgada y compleja intención de combinar varios tiempos históricos en un proyecto que resultó un fracaso comercial, pero esta incomprensión generalizada hacia un film tan novedoso en su momento como indispensable en la evolución cinematográfica, no fue compartida por cineastas como Carl Theodor Dreyer, Sergei M. Eisenstein, Vsevolod Pudovkin, Buster Keaton o Cecil B. DeMille, que sí captaron la valía de la técnica narrativa empleada por Griffith. DeMille, al igual que Dreyer en “Las páginas del libro de Satán” (Blade af Satans bog, 1919) o Keaton en “Las tres edades” (Three Ages, 1923), tomó como referencia “Intolerancia” para realizar su primera versión de “Los diez mandamientos “ (The Ten Commandments), aunque, advertido por los desastrosos resultados económicos de una de las producciones más desmesuradas e influyentes de la historia del cine, se decantó por la linealidad temporal que provoca que su película pueda verse como dos films autónomos, ya que nada tienen que ver entre sí las dos historias que se delimitan mediante el libro que se cierra hacía la mitad del metraje, momento en el cual se abandona el antiguo Egipto para trasladar la acción a un espacio contemporáneo que, según informan los intertítulos, ha olvidado los mandamientos a los que hace referencia el título.

El periplo por la antigüedad apenas posee diálogos originales, casi todos son reproducciones exactas del libro del Génesis y aquel que esté familiarizado con las escrituras no obtendrá ninguna sorpresa en su argumento. Con excelentes efectos visuales para la época, esta parte brilla en todo su esplendor en el momento en el que Moisés, como llave de Dios, abre las aguas del mar Rojo, aún dicha secuencia sorprende por su frescura y lo bien utilizados que están los efectos dentro de la historia, esta escena se rodó en Seal Beach (California), el efecto visual de mantener separados los muros de agua mientras los israelitas atravesaban el mar Rojo se logró con una losa de gelatina que se cortó en dos y se filmó de cerca mientras se sacudía, esta toma se combinó con imágenes de acción en vivo de israelitas caminando en la distancia para crear la ilusión. Todo termina cuando Moisés baja del monte Sinaí con las tablas de los diez mandamientos, y a partir de ahí el film cambia totalmente de tercio e incluso de tono. El segundo tramo del film, bautizado como la historia, da comienzo con una madre leyendo a sus dos hijos precisamente el pasaje narrado en la primera parte de la película, acto seguido y en una muy sencilla definición de los personajes, vemos a los dos hermanos, dos hermanos muy distintos, tanto que tal vez sean las dos caras de la misma moneda, uno de ellos, John (Richard Dix), sigue los pasos de su sufrida madre, convertido en creyente absoluto, mientras que su hermano Dan (Rod La Rocque), un vividor, se ríe de las leyes de Dios.

Una verdadera joya cinematográfica con la que DeMille dejó patente su habilidad para hacer del séptimo arte un auténtico espectáculo. En aquella época ya era un director encumbrado y la llegada del cine sonoro le proporcionaría aún mayor gloria, sin duda el cine es hoy lo que es gracias a realizadores como Cecil B. DeMille.
Juan Marey
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