Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Juan Marey:
9
Ciencia ficción. Thriller. Terror. Intriga. Comedia Adaptación de una novela de H.G. Wells sobre un hombre que posee la facultad de hacerse invisible. (FILMAFFINITY)
3 de enero de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A principios de los años treinta la producción cinematográfica estadounidense estaba en manos de un puñado de grandes estudios, los cinco grandes (MGM, Paramount, Fox, Warner y RKO), que controlaban también la distribución y exhibición. En esos momentos, Universal ocupaba un peldaño inferior y su situación financiera no era precisamente boyante, sin embargo, el nombramiento del hijo del fundador del estudio, Carl Laemmle, como nuevo jefe de producción y la progresiva transición del cine mudo al sonoro significaron un progresivo afianzamiento de la compañía entre las "majors". Uno de los grandes aciertos de Laemmle hijo fue la adaptación del “Drácula” de Bram Stoker a cargo de Tod Browning, una producción barata que generó elevadas sumas de beneficios y convenció al productor de que era una senda a seguir, pronto se puso en marcha un nuevo proyecto, la adaptación del “Frankenstein” de Mary W. Shelley, que recayó en un recién llegado llamado James Whale. Tras el éxito de “Frankenstein”, Universal quería que Whale realizara una secuela, pero éste no se mostraba muy entusiasmado, su deseo era llevar a la pantalla una adaptación del éxito literario “Sin novedad en el frente”, de Erich Maria Remarque, intentando llegar a un compromiso al tiempo que evitando regresar a “Frankenstein”, sugirió una película sobre otro personaje grotesco, “el hombre invisible”, Carl Laemmle accedió.

Al igual que en "Frankenstein", la labor de Whale es fantástica, consigue nuevamente crear una atmósfera tenebrosa realmente inquietante. La película está llena de suspense, intriga y algún momento de terror, pero también hay humor sarcástico y momentos de comedia que no te esperas. A Whale siempre le ha gustado el humor teatral, y que la gente se divirtiera en el cine, incluso con una película de terror, algo que notamos con la actriz Una O’Connor (la dueña de la posada), era el personaje favorito de Whale, se partía tanto con ella, que más de una vez casi tuvieron que repetir tomas porque se le escuchaba reírse de fondo, esta actriz volvería a aparecer más tarde en otra de las joyas de Whale, “La novia de Frankenstein”.

Las soluciones técnicas aportadas por el gran John Fulton y el director de fotografía Arthur Edeson siguen causando admiración. Envolviendo al actor en terciopelo negro, rodando y sobre impresionando la imagen en un fondo también de terciopelo negro, con un sistema de máscaras denominado “travelling matte”, y unas miniaturas extremadamente convincentes que reaparecerían en multitud de películas de serie B posteriores, además de trucajes mecánicos, un complejo sistema de hilos invisibles a la cámara y demás argucias, consiguieron la proeza, adelantada a su tiempo, de convencer a los espectadores de la verosimilitud de la invisibilidad, reportando de paso pingües beneficios a Universal.

La elección del actor que iba a interpretar al hombre invisible resultó ardua desde el primer momento. En un principio se pensó en Boris Karloff, el cual ya era una estrella tras interpretar a “El monstruo de Frankenstein” y a “La momia” en ambas películas de la Universal, sin embargo en aquellos momentos el actor y el estudio habían roto relaciones por el incumplimiento del estudio de aumentar el salario del actor tal y como le habían prometido. Posteriormente se pensó en Colin Clive, quien interpretó al “Doctor Frankenstein” y era buen amigo del director James Whale, pero al final se cumplieron los deseos de Whale, el cual había pensado desde el principio en Claude Rains para el papel. Claude Rains era un desconocido por aquella época, sólo había protagonizado una película y sólo era conocido por los teatros londinenses. Lo peor para Rains fue su marcado, y cerrado, acento inglés, después de mejorar su dicción, fue hacer la prueba para la película, James Whale, desde otra habitación, escuchó su audición y enseguida contó con él, su pronunciación y forma de hablar era perfecta, incluso debajo de las vendas. La actuación de voz de Rains, es increíble, sobre todo por esa risa de alguien que está al borde de la locura, también escuchamos a alguien carente de empatía, bastante cruel, megalómano y con un humor muy negro, convirtiendo a un científico, en un monstruo sádico.

Una maravillosa película de ciencia ficción y terror, una película que más de ochenta años después de su realización nos sigue fascinando y que creó otro icono del siglo XX en la figura del hombre invisible.
Juan Marey
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow