Aunque es cierto que, si echamos un vistazo atrás, la saga ‘Ice Age’ tampoco ha dejado muchas cosas para el recuerdo más que una ardilla entrometida que busca hundir su bellota en el hielo. Pero hay un esfuerzo encomiable entre sus responsables por reenganchar a los espectadores con cada nueva entrega (porque, al fin y al cabo, si van cinco entregas, es porque la gente quiere ver más).

A estas alturas, poco o nada nos pueden sorprender Sid, Manny, Diego y compañía. La fórmula se ha vuelto un tanto predecible y es inevitable sospechar que es lo que va a pasar con los personajes. Pero esta vez hay una sensación de órdago, de que sus responsables se han jugado el todo por el todo para sorprender a la audiencia… y lo consiguen. Con sus juegos y paradojas sobre la creación del universo (y un homenaje a ‘Armageddon’ bastante gracioso) estoy seguro de que los más pequeños reirán a carcajadas y los más adultos sonreirán de lo lindo. Y es que Scrat sigue siendo lo mejor que ha dado Blue Sky Studios.

Así pues, si uno analiza fríamente la película, llega a la conclusión de que ya es suficiente, de que los protagonistas ya nos han ofrecido todo lo que nos tenían que ofrecer y las moralejas y moralinas de la historia se pueden contar de otra forma y de otro modo.

‘Ice Age: El Gran Cataclismo’ es tan entretenida y divertida como las anteriores e igual de olvidable que ellas (ni recordaba en qué momento de la saga se había echado novia Diego y cuándo había sido padre Manny). Es el momento de poner punto y final.

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