No sé la cantidad de gags que puede haber en la película durante su primera hora, porque lo que sigue son persecuciones y tiroteos que es más o menos lo que se puede esperar de una película que en el fondo es de vaqueros. Hay cierta sensación de “muerte por saturación”, hay tantísimos gags que alguno (más de dos y tres) tiene gracia, pero hacen que el resultado final termine siendo una película un poco desigual (por esa parte final que, como digo, es puramente de vaqueros).

Seth MacFarlane vuelve a ponerse detrás de las cámaras tras el exitazo del osito de ‘Ted’ y dirige ‘Mil Maneras de Morder el Polvo’. Vamos a ser honestos, si os gustó ‘Ted’ os va a gustar esta. Es el mismo estilo de comedia, quizás menos alocada y más cinéfila (hay un par de gags tremendamente buenos y conseguidos gracias a referencias cinéfilas que todo el mundo pillará) que su anterior propuesta.

Es una pena que el señor MacFarlane no sea tan bueno delante de las cámaras como detrás de ellas, porque lo cierto es que su actuación chirría respecto al conjunto de la película. Pocas veces habremos visto a Charlize Theron así de divertida o a Liam Neeson capaz de reírse de si mismo, atreviéndose a enseñar el culo a los espectadores. Amanda Seyfried, Sarah Silverman o Giovanni Ribisi tienen papeles secundarios bastante agradecidos y funcionan. Pero sin duda, Neil Patrick Harris es un auténtica exhibición, ya sea cantando, bailando o disparando.

Diálogos ingeniosos repletos de sal gorda (deudores de ‘Padre de Familia’) y referencias cinéfilas hacen que el resultado no esté mal y entretenga bastante. Una comedia ligera para ver en cine de verano, al aire libre.

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