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España España · Barcelona
Voto de Marc Battle:
8
Drama. Comedia Durante la época de la "caza de brujas" en Hollywood, el guionista de televisión Alfred Miller es uno de los escritores condenados al ostracismo por sus ideas de izquierdas. Para poder seguir trabajando, ofrece dinero a Howard Prince, un ex-compañero del colegio, a cambio de que le permitiera utilizar su nombre para firmar sus textos. No será el único escritor que requiera los servicios de Howard como testaferro. (FILMAFFINITY)
29 de octubre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película macartista mucho más incisiva que la más actual "Buenas noches, y buena suerte", pero más socarrona en el tono: al fin y al cabo es Woody Allen. Pero no el Woody Allen más comediante y chascarrillero, al que estamos acostumbrados. En muchos momentos me ha dejado desconcertado, esperando las típicas tontunadas y juegos de palabras, típicos de su firma. No, en esta película es otro, es un Allen contenido, más serio y cabal, aunque sin dejar de ser reconocible.

El tono de la película, claramente drámático, aumenta a medida que avanza el metraje, igual que la loca "Caza de brujas" anticomunista que el senador McCarthy desató y que arrasó como un tsunami la sociedad estadounidense. En concreto, en esta película, se refleja la censura y la persecución que hubo en la industria del espectáculo y la connivencia de sus jerarcas, unos reales comepollas.

Ah, pero llega el clímax
... (no leer más si se va a ver) ...
...
ese clímax con el que saltas del sillón, porque no te esperas y te hace decir "qué grande, con cojones", ese final con la que cualquier mujer espera que su amante esposo la sorprenda y enamore otra vez. Sí, ese "no reconozco este tribunal y por lo tanto pueden irse A LA MIERDA!!", al más puro estilo Fernando Fernán Gómez. La verdad es que se me puso dura y me dieron ganas de hacerle la ola yo también, sí señor! Si todo el que se hubiera plantado delante del borracho y sonado MacCarthy lo hubiera mandado a la mierda, se habrían ahorrado grandes males.

Pero esta película es especial, porque tiene dos clímax, y además, uno detrás del otro. El segundo es más potente, ya que da sentido y redondez a la obra y nos revela su verdadera motivación catártica: director, guionista y diversos actores están dando vida a su propio infierno, el que vivieron en sus propias carnes 25 años atrás. Y esto, amigos míos es algo que no esperábais, ni siquiera el que va diciendo por ahi que sabía que Bruce Willis estaba muerto en el Sexto Sentido porque no se cambia de camisa. No amigos, este final es mejor que el de "American Beauty", "Los otros" y "K-Pax" juntos, ya que convierte a los actores en personas y al cine en realidad.
Y es por esto que el cine es arte, porque es capaz de emocionar. Y yo lo AMO.
Marc Battle
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