Asistimos a “Minari : Una Historia de Mi familia” de Lee Isaac Chung, con emoción, claridad y deseo de una propia candidata a mejor película y no defrauda, todo lo contrario, todo lo que toca, se multiplica, florece, realidad es mucho más pasajera con los preciosos y duros recuerdos que tenemos, pero que dictan quienes somos e incluso llegaremos a ser, sentados cómodamente, el espectador presencia personalmente una experiencia minimalista (valga la redundancia) del gran sueño americano, a través de los ojos de unos inmigrantes coreanos; siendo este tópico históricamente bien representado en el cine, con la inmortal “Citizen Kane” (1941), “El gran Gatsby” (2013) o la popular “En búsqueda de la felicidad”(2006), entre muchas otras, donde todas (o la gran mayoría) son grandes películas (ni se diga la primera), pero Minari tiene un toque especial, se siente original, autentica, propia, en parte a que son los preciosos y duros recuerdos de su director, reto que asume con personalidad sin rencor pero con altísimas dosis de realidad y seriedad.

Minari, los preciosos recuerdos evocados de la infancia de un hombre en búsqueda del sueño americano, la familia como componente de unión o desunión en la materialización de los sueños, el amor contra la ambición como fuerzas de equilibrio en la búsqueda de nuestros anhelos, la sociedad como armonía o fuerza activa de convivencia son los principales temas abordados en esta rotunda obra de altísimo nivel, que además de contar con una dirección espectacular, tiene el lujo de un elenco fantástico, los resultados son evidentes, experiencia personal altamente gratificante y humana que solo el cine y una buena película pueden lograr. Recomendada y muy valiosa eres “Minari”. Gracias.