"Número 9" es una apuesta de cine animado bastante interesante en su planteamiento y ciertamente fascinante en su estética visual.

Primero decir sobre la película que lo primordial en ella es su exquisita y extraordinaria animación. Lo que hace que uno tenga los ojos pegados en la pantalla de principio a fin no es el relato (que se sostiene en un ritmo muy irregular y un desarrollo no tan profundo como el esperado), sino una envoltura visual trazada de forma impecable e impresionante y un sonido imponente. Nada que objetar de la animación: es de 10 y gracias a ella la cosa se hace atrayente incluso en los momentos más convencionales y monótonos de su desarrollo argumental.

Y es que es una lástima que este film futurista con trasfondo espiritual no tenga un desarrollo narrativo en consonancia a su mágnífica premisa.

La idea concebida de la que parte resulta muy curiosa y original. Se nos naran las aventuras (más bien desventuras y tragedias) de unos extraños muñecajos que se encuentran solos en el planeta Tierra después de que la humanidad haya sido aniquilada por las máquinas. Estos nueve monigotes hechos con retales de arpillería, cremalleras y botones son bonachones, inocentes y bondadosos... se nota que tienen alma humana, pero también resultan algo distantes con el espectador.

Porque el guión se centra más en los momentos de acción y batallitas entre muñecajos de arpillo y bestias robóticas que no nos dicen mucho en el avance de la trama y que se hacen largas y repetitivas. Una pena que la exposición del relato sea irregular (es o demasiado brutal con muertes de lo más lúgubres, o demasiado infantil con diálogos y momentos muy estúpidos), que tenga un ritmo demasiado lento (la cinta incluso se hace pesada a pesar de durar apenas hora y cuarto), y que se ocupe más de ofrecer acción alargada y tonta y de inventarse algún cliché que otro en los personajes... más que de otra cosa (ya que la historia sí es cierto que tiene una mínima intriga trascendente y con cierto trasfondo que se oculta con tino hasta el final, pero de la que nos sugieren poco o nada durante el resto del metraje).

En fin. Merece la pena por...