Dicen que Reality Bites es un fiel reflejo de la Generación X, caracterizada por una rebeldía-conformista y un rechazo a lo tradicional, y no dudo que sea así, pero se supone que el cine tiene que ofrecerte algo que vaya más allá de la realidad, de lo cotidiano, o al menos una de esas realidades que superan a la ficción, pero esta película se convierte en algo vulgar porque acaba siendo la historia de un romance en un contexto generacional que nos resulta familiar pero poco emocionante.

En realidad la película me pareció un puñado de tópicos uno detrás de otro: veinteañeros que comparten piso, un gay al que le cuesta salir del armario, la amiga ‘menos guapa’ que la protagonista con una intensa vida sexual pero sin un amor real, el chico guapo y avezado sin estabilidad económica que vuelve loca a la protagonista principal –la cual lo rechaza inicialmente porque prefiere a un pijo con trabajo y apartamento–, etc, etc, etc (podría llenar toda una página de tópicos que aparecen en la película).

Todo esto hace que la cinta sea aburrida y salvajemente previsible, hasta el punto que sabes como va a acabar en su minuto 15.

Ni siquiera resultan interesantes algunas escenas, que deberían justificar el título de la película –Bocados de Realidad–, en las que Lelaina (Winona Ryder) coge su cámara de vídeo para grabar algunas situaciones cotidianas de la relación con sus compañeros.

Decir que la cara bonita de Winona es lo que más me ha gustado de la cinta no creo que diga mucho a su favor (y puede que a mi favor tampoco).

En definitiva, una película que da una buena idea de lo que es la Generación X, pero que aburre por lo vulgar de su guión. Quién sabe si dentro de 50 años se convertirá en una película de culto por enseñar a las generaciones venideras como eran los jóvenes occidentales de los años 90.