Una comedia digna y entretenida en la que de nuevo Matthau y Lemmon demuestran su comprenetración y su buen hacer en la interpretación. En primer lugar debo de decir que estamos ante uno de mis actores favoritos y que junto al otro protagonista de la cinta ya no estan entre nosotros, lo cual me produce cierta pena porque ambos, sobretodo Jack; poseían mejores modos en la interpretación que cualquier actor de comedia de hoy día. La película no es gran cosa y parece más un telefilm de sábado tarde que otra cosa, pero la aparición de estos dos actores eleva el nivel del film de forma considerable. Jack Lemmon para mí es un referente en cuanto a actuación se refiere y un gran actor que encarnó como nadie (salvo por James Steward) el prototipo de americano medio que posee grandes dosis de bondad. (Esto lo digo cada vez que hablo de él, porque es lo que verdaderamente pienso).

Me pasa algo extraño con este actor y es que me gusta más cuando actua con Walter Matthau que cuando lo hace solo. Estuvo formidable en "El apartamento" (1960) de Wilder, pero también tiene pelis malas como una en la que hace de brujo junto a Kim Novak que, por Dios santo; era horriblemente pesada y cansina.

Nunca llega al nivel de "La extraña pareja" que es muy buena, aunque se deja ver y entretiene. Quizás está injustamente valorada aquí, a pesar de que es una historia entretenida, con dosis de humor, en las que los comentarios de Óscar (Walter Matthau) son de lo más divertido. La ví con gusto. Ya la he podido ver como un par de veces y la volvería revisionar, porque estos dos tipos son dos actorazos y porque aunque tenga "olorcillo" a telefilm es mucho mejor que cualquier peli actual trufada de efectos visuales y sin apenas argumento.