No tengo perdón, ni disculpas ni merezco misericordia: aun sabiendo que la primera peli había sido un mierdón que me me había erizado el vello de la nuca de pura grima, he reincidido. En mi defensa, diré que me pudo la curiosidad. No habiendo leído los libros, supongo que la cosa pierde mucho (eso siendo optimistas: aun así, los libros no pienso leerlos). Pero lo que es la peli en sí, es una especie de masa informe sin argumento en la que falta de todo, empezando por diálogos coherentes y acabando por un mínimo de química entre los amantes (amantes por decir algo).

Total, que la curiosidad, la ingenuidad (pensando que quizá no era tan mala como la anterior) y el hecho de que aquí aparecieran hombres lobo, uno de los cuales trae de cabeza a una amiga mía que roza la treintena (y una servidora tiene 30 tacos también) me hicieron ceder.
Pronto vino el arrepentimiento, y fue tan profundo que por poco me autoflagelo con la chistorra de la cesta de navidad.

La chica: igual de sosa, tontita, estúpida e irritante que siempre.

El chico vampiro: más soso, más cursi, más pálido, más patético, menos atractivo e igual de inexpresivo. Y sigue sin tener colmillos. Una pena. Además, cada vez le veo la cabeza más grande y desprorporcionada con su cuerpo. No sé si a alguien más le pasa.

Los besos: sosos, desabridos, desapasionados, absurdos, escasos.

Las frases de amor: dan vergüenza ajena, son manidas, estúpidas... cuando yo era adolescente era pava con ganas, pero no creo que tanto. Claro que no salía con vampiros, que yo sepa.

Los hombres lobo: todos feos menos el lobito protagonista, que efectivamente está muy bien, aunque, la verdad, me hizo añorar a mi idolatrado lobezno. De hecho, me hizo añorar CUALQUIER otra peli que no fuera esta y su engendro anterior.

El argumento: no existe, y si existe, es tan simple, que con una hora menos estaría resuelto.

Las luchas: no están mal, pero los lobos no están logrados. Sin embargo, los efectos no son tan cutres como en la primera, que daban ganas de echarse a llorar.

El triángulo amoroso: patético y mal llevado. Quizá en el libro tenga más emoción, pero aquí no se te mueve un pelo.

El final: el peor de todos los tiempos, y no es excusa que sea una saga que continúa.

Conclusión: apta para una franja de edad entre los 11 y los 16. Y no apta para personas que sepan algo de leyendas vampíricas. Porque esta cosa, este engendro, es tan poderosamente malo que podría incluso lograr que Bram Stoker volviera de entre los muertos y les pusiera una demanda por blasfemia.