Cualquier película con la extraordinaria Emma Thompson me tiene ganado de antemano y, para mi, es ya un motivo para pagar una entrada de cine. Me da igual si es comedia o drama, la señora Thompson, siempre brilla.
Disney vuelve a creer en el cine y recupera las salas de exhibición que tan importantes han sido en la creación de su imperio...y lo echaba de menos pues son muchos los recuerdos y sensaciones vividas en la oscuridad de la sala. Las primeras películas que vi fueron, en éste orden, MARY POPPINS, BAMBI y 101 DÁLMATAS. La primera me hizo amar el cine y el musical, la segunda inició mi defensa del mundo animal y con el capricho de Cruella de Vil quise tener un perrito en mi vida. El mago de Burbank sabía perfectamente los resortes del corazón humano y los utilizó con gran maestría. Sus herederos, no han demostrado esa sensibilidad pero han sido igual de potentes en los negocios.
CRUELLA llega a las pantallas con fuerza y se adapta perfectamente a los tiempos actuales. Sentido del humor, acción y un ritmo trepidante al que, por ponerle un pero, le sobran algunos minutos.
He disfrutado casi como cuando era niño y mi padre me llevaba al Teatro Zorrilla de la Plaza Mayor de Valladolid dónde, cada verano, se reponían los éxitos de Disney. Aquellos tiempos no volverán y ya no soy un niño que se conforme fácilmente pero Disney sigue haciéndome soñar y sentirme más joven
Recomiendo la película a público de cualquier edad...solo hay que mirar con los ojos de un niño.