Me sorprende cuán lejos están siempre los críticos cinematográficos del gusto de los espectadores corrientes que somos los que hacemos posible la existencia del cine. Si ellos dicen que una película es mala tiene bastantes posibilidades de convertirse en un éxito. La unanimidad para hablar de esta película de animación me decía que no la viese, que no me iba a gustar...y así ha sido. Lo que también me hace gracia es cómo todas las críticas negativas a películas de esta distribuidora reciben votos negativos...a pesar de que nadie va a verlas. Me sorprende también, aunque en este caso no tanto, como hay usuarios entusiasmados con la película a pesar de su escaso éxito en taquilla. En fin...si fuese fútbol hablaríamos de maletines.
Me gusta mucho el cine de animación, crecí con los dibujos animados de Disney y la llegada de Pixar y otras como Illumination, fueron una gran bendición para el cine. Aardman tiene una buena intención y hasta ahora sus películas de animación con plastilina han tenido cierta gracia. No eran maravillas del séptimo arte pero se dejaban ver por un público más bien adulto.
Poca gente en la sala el día del estreno y niños correteando a los quince minutos de empezar, auguran mal resultado en la taquilla pese a la buena fecha de estreno y la extraordinaria promoción de su distribuidor.
La historia no es para un público infantil pero tampoco para uno adulto con lo que se queda en tierra de nadie.
No es una película mala pero dista mucho de ser buena. Quizás los snobs del momento la puedan “animar”.