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España España · Alcobendas
Voto de FJ García:
7
Aventuras. Acción Inglaterra, siglo XIII. Robin Longstride (Russell Crowe), un magnífico arquero que ha luchado en las Cruzadas al servicio del rey Ricardo Corazón de León (Danny Huston), vuelve de Tierra Santa luchando contra los franceses y saqueando poblados. Cuando Ricardo muere alcanzado por una flecha, Robin se traslada a Nottingham para cumplir una promesa que hizo a Sir Robert Loxley (Douglas Hodge) antes de morir: llevar su espada a su padre, ... [+]
22 de marzo de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tenía muchas expectativas puestas en esta película. Tal y como la planteaban en la campaña publicitaria, la premisa me recordaba bastante a la de El Rey Arturo (King Arthur, 2004). La idea parecía ser coger a un personaje histórico y tergiversar la imagen popular que se tiene de él, dándole un toque más realista. No es una idea mala, pero no me gustó cómo fue llevada en King Arthur. Si tan realista querían enfocarla, ¿a qué vino la escena de la batalla sobre el hielo, sino para lucimiento de los efectos especiales?

Pero una vez dentro del cine, me fui dando cuenta de Robin Hood iba en otro plan. Digamos que es un filme más consciente de sí mismo, el guión es ligero y está salpicado con bastantes toques de humor aquí y allá. Para que el guión fuera más serio, no habrían puesto que el Rey Ricardo es asesinado por un cocinero que pasaba por allí, por ejemplo.
Gracias a todos los detalles de este estilo, lo que no se puede decir es que la película peque de aburrida.

Al final resulta que no nos han querido contar una nueva versión de la historia de Robin Hood con un giro hiperrealista, sino que más bien de una precuela a la leyenda que todos conocemos.

A nivel formal, la calidad de este filme estaba asegurada, ya que tras las cámaras se encontraba el mítico Ridley Scott, que ya tiene una gran experiencia en películas históricas.

Pero se pueden sacar bastantes diferencias de Robin Hood respecto a estas tres obras anteriores. De buenas a primeras, el tono es más alegre, como ya he mencionado antes.
Y además, el nivel de violencia gráfica ha disminuido notablemente. Ya no tenemos el brazo cercenado ni las matanzas indígenas de 1492, ni los sangrientos combates en la arena de Gladiator, ni la montaña de cadáveres del final de El Reino de los Cielos. Esta vez la violencia es mucho más, digamos, slapstick. Hay veces que ni siquiera vemos donde acaban las flechas que se han lanzado, y la única decapitación que tiene lugar sólo se deja intuir. La única excepción sería quizá la muerte del villano al final, pero ni siquiera ello llega a ser muy hardcore.

La maestría del director es evidente a la hora de coordinar tantísimos extras y escenas elaboradas, si bien es cierto que nos ha ofrecido mejores espectáculos en ocasiones anteriores. La batalla final está casi demasiado bajada de tono, parece una versión light del desembarco de Normandía.

La interpretación de los actores en general ha estado bastante bien, la elección de Mark Strong como el antagonista Sir Godfrey ha estado bastante acertada. Este actor llama la atención físicamente incluso antes de que Robin le marque con una flecha. Es un villano clásico, quizá un poco esteriotipado, pero con unas miradas que te hacen temer por la integridad física de los personajes que comparten pantalla con él.

Russel Crowe por otro lado no me convenció en absoluto. Tiene la misma expresión unidimensional durante toda la película.
FJ García
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