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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
8
Intriga. Ciencia ficción. Drama Toni se despierta un día con amnesia y al salir a la calle todo el mundo se pone a grabarla usando sus smartphones. Segundo episodio de la segunda temporada de la miniserie "Black Mirror" creada por Charlie Brooker. (FILMAFFINITY)
13 de febrero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
"White Bear", segundo episodio de la segunda temporada de la serie británica "Black Mirror", escrita por Charlie Brooker, parece, en su deriva final, una continuación de un episodio de la primera temporada de esta serie, "Fifteen Million Merits" (2011), y, en otras cosas, se diría que tiene una relación con un film estadounidense de ciencia-ficción como "Perseguido" (The Running Man, 1987), dirigido por Paul Michael Glaser, y en el que la justicia se hace en un gran plató de televisión, y en un cruel concurso de supervivencia en el que se humilla y se mata, para deleite de un público cruel de espectadores.

En "White Bear", el mundo antiutópico que plantea la ficción dentro de la ficción se divide en tres: las personas normales (como el personaje de Lenora Crichlow), los sádicos, que tratan de asesinar a las personas normales, y van enmascarados, y, en tercer lugar, los espectadores, que sólo miran lo que hacen los sádicos y persiguen a éstos y a las personas normales en sus persecuciones, buscando con las pantallitas de sus móviles un espectáculo cruel y real.

Este episodio confronta al espectador (a mí, a cualquier espectador de este episodio) con su propia condición de espectador, tal vez con la cobardía del que no quiere inmiscuirse, porque sólo quiere ver. La historia cumple así una función especular, tanto entre la ficción del episodio y nuestra realidad exterior, como dentro del episodio: la protagonista es condenada a ser mirada una y otra vez, a ser humillada y torturada sin que nadie le ayude, como espejo y reproducción del crimen que cometió. El espectador es un cómplice. No obstante, la justicia que se plantea aquí es una justicia implacable y salvaje; es la justicia del ojo por ojo, y diente por diente. Por eso tal vez sentimos de principio a fin que la protagonista es inocente: porque, al igual que nosotros, es una espectadora de un espectáculo que no puede cambiar, y del que no puede huir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pedro Triguero_Lizana
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