Sin duda, es muy digna de elogio esta película en lo que tiene de intención de resucitar el género del western a principios del siglo XXI, y de darle un nuevo protagonismo. Sin embargo, los resultados están muy por debajo de esa loable intención, y el film en conjunto resulta demasiado largo, y claramente irregular. Se destaca el tiroteo final, lógicamente, pero, si no se destacara esa parte de la historia, sería muy raro, ¿no? La historia de amor entre Annette Bening y Kevin Costner no emociona tanto como debiera emocionar, y el final no es muy convincente. Toda la historia, en su conjunto, nos recuerda a otras películas del Oeste, y no es muy original: amor, tiros, venganza, ajustes de cuentas, la justicia y la injusticia, un pueblo dominado por un cacique...

Kevin Costner es mejor director de cine que actor. Como actor, trata de darle a su personaje un lado atormentado y oscuro que no convence. Los actores más veteranos, Robert Duvall y Michael Gambon, son los mejores del reparto.

No es un film satisfactorio, ni menos aún un western a reivindicar.