Haz click aquí para copiar la URL
España España · madrid
Voto de tiznao:
6
Terror. Thriller. Intriga En 1946 el pueblo de Texarkana sufrió una serie de experiencias traumáticas que todavía recuerda hoy, treinta años mas tarde. Entre marzo y mayo cinco personas fueron asesinadas a manos de un loco enmascarado. Debido a esto comenzó la sospecha entre los ciudadanos del pueblo que comenzaron a encerrarse en sus casas… (FILMAFFINITY)
23 de julio de 2009
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arranca en la primavera de 1946, ocho meses después de finalizar la II guerra mundial, con una voz en off (que nos acompañara durante todo el metraje) en Texarkana (Texas), un pequeño pueblo de 4.000 habitantes, en el que en el transcurso de 4 meses un serial killer mato a 5 personas (la mayoría parejas de novios que se encontraban en el interior de sus coches en lugares apartados), en intervalos de 21 días y en noches de luna llena, sembrando el terror entre los lugareños y el desconcierto entre las fuerzas del orden que aunque estuvieron a punto de detenerle, no lo consiguieron (a fecha de hoy no se sabe si murió en los pantanos donde fue visto por última vez o sigue vivo) quedando para el imaginario popular como “Texarkana Moonlight Murders”.
Interesante producción del prolífico Samuel Z. Arkoff, con un casting más o menos aceptable, en el que destaca Ben Johnson en el papel del reputado y mítico ranger Capitan J.D. Morales, un sabueso famoso en todo el estado y una cuidada y brillante ambientación en los escenarios naturales donde tuvieron lugar los sangrientos hechos.
Muy interesante en cuanto a las escenas en la que vemos al asesino en acción, ya que estamos ante una autentica precursora del típico asesino slasher que algunos años después irrumpiría con fuerza en las figuras de Jasón Voorhes y Michael Myers (la apariencia física y métodos de exterminio de estos 2 iconos del ochentero cine de terror son clavaditos a los de este misterioso y brutal asesino).
Pasable con reparos en cuanto al guion de Earl E. Smith y la dirección (excepto en las escenas en las que interviene el que te dije) de Charles B. Pierce (años más tarde co guionista de “Impacto súbito 1983”), ya que aunque el tono semidocumental que como consecuencia de la omnipresente voz en off acompaña todo el metraje puede que tenga su punto, los pretendidos toques de pueril humor (mas que para rebajar la tensión de la historia yo diría que son relleno puro y duro y afán de protagonismo y lucimiento por parte del director, Charles B. Pierce, encarnando al irritante e imbécil patrullero “Bujías”) emborronan la historia de forma miserable.
Para los amantes de los coches antiguos, señalar la aparición de 3 o 4 Ford V8 De Luxe (modelos de diferentes años) y el Chevrolet Master del 40 en el que se mueve el asesino (entre otros).
tiznao
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow