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Voto de edusaenz:
4
3 de noviembre de 2017
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre es contratado para conducir a todo gas y sacar a los atracadores del lugar del robo antes de que llegue la policía. Pero recibe una llamada en pleno trabajo y es obligado a dejar tirado a los ladrones antes de que suban al coche…y ahí empezarán sus problemas.
El debutante director Jeremy Rush rueda a toda velocidad pero sin ninguna emoción una cinta para el mayor lucimiento del actor Frank Grillo, de lo poco salvable de una película fallida que aburre sobremanera y no deja poso alguno al espectador. Si aguantas hasta el final es por respeto al cine, no porque lo que ves te esté gustando. A pesar de todo lo dicho hasta aquí, me gusta ese look de perderdor que desprende el protagonista, ese tener que agarrarse a un clavo ardiendo para poder llevarse cada día un plato caliente a la boca y, sobre todo, ese querer agradar a una hija siempre, pase lo que pase, amor de padre lo llaman. Amor de vida y sangre lo llamaría yo. Pisar a fondo a la vez el acelerador y embrague es sinónimo de descontrol y de adrenalina y aquí esa secuencia se repite varias veces, pero más de cara a la galería. Si Netflix sigue haciendo películas de tan bajo calibre, en poco tiempo abandonará la gran carrera por el cine, sin pasar ni tan siquiera por boxes.
Sacapuntas de oro: El aire de western sobre el asfalto. Que se rueda en tiempo real y le da vidilla y ritmo. La escena con el motorista provoca tensión.
Sacapuntas de madera: Demasiado previsible. Repite la fórmula de Locke y de Baby Driver pero pierde la batalla por goleada. Que le peguen al coche 100 disparos y siga conduciendo como recién salido del concesionario. Ese final con la hija…deja mucho que desear.
Nota: 3,5 Sacapuntas.
El debutante director Jeremy Rush rueda a toda velocidad pero sin ninguna emoción una cinta para el mayor lucimiento del actor Frank Grillo, de lo poco salvable de una película fallida que aburre sobremanera y no deja poso alguno al espectador. Si aguantas hasta el final es por respeto al cine, no porque lo que ves te esté gustando. A pesar de todo lo dicho hasta aquí, me gusta ese look de perderdor que desprende el protagonista, ese tener que agarrarse a un clavo ardiendo para poder llevarse cada día un plato caliente a la boca y, sobre todo, ese querer agradar a una hija siempre, pase lo que pase, amor de padre lo llaman. Amor de vida y sangre lo llamaría yo. Pisar a fondo a la vez el acelerador y embrague es sinónimo de descontrol y de adrenalina y aquí esa secuencia se repite varias veces, pero más de cara a la galería. Si Netflix sigue haciendo películas de tan bajo calibre, en poco tiempo abandonará la gran carrera por el cine, sin pasar ni tan siquiera por boxes.
Sacapuntas de oro: El aire de western sobre el asfalto. Que se rueda en tiempo real y le da vidilla y ritmo. La escena con el motorista provoca tensión.
Sacapuntas de madera: Demasiado previsible. Repite la fórmula de Locke y de Baby Driver pero pierde la batalla por goleada. Que le peguen al coche 100 disparos y siga conduciendo como recién salido del concesionario. Ese final con la hija…deja mucho que desear.
Nota: 3,5 Sacapuntas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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Más críticas de películas en mi blog, El Sacapuntas del Cine.