Me dijo: tienes que ver Donnie Darko, yo pensé, a qué santo este me recomienda ahora una película de gánsteres si siempre me ha llevado por caminos de lo más estrambóticos e inverosímiles, pero mi respuesta suele ser siempre la misma, vale, teniendo en cuenta la repercusión. Sólo lo digo porque cuando la chica especial de guías intrínsecas conoce este nombre, ella pensó en superhéroes y yo imaginé una pistola cerca de su pecho. Si tú quieres, yo escribo.

¿Quién hace durar la habilidad, el futuro o el pasado? Si un día las piezas comienzan a encajar como si en un tablero las fichas del dominó se hubiesen comenzado a derretir por el sofocante calor hasta adoptar formas totalmente amorfas y aún así todas ellas siguen encajando a la perfección entre sí además de mantener las marcas que determinan el valor de cada una de ellas, queda la posibilidad de guardarlo como un hito preciosista (según el soporte que se tenga frente a la abstracción) o bien, como una mayoría haría, se puede tirar y comenzar de nuevo. Porque cuando los simbolismos encajan, no todos están preparados para aceptar las consecuencias y conocer los detalles.

Otro problema a parte sería darle significado a cada pauta que marca ese hecho insólito. Seguro que será sorprendente, seguro que no gustará, seguro que te hace crecer veinte metros de una simple bofetada y menguar doce años del susto. Aún así te acercas al conejo, pues algo querrá, por algún motivo no se aleja demasiado de tu lado, y le permites que te hable, intentas compartir su palabra con algunos elegidos, siempre es importante fraccionar la información para que nadie case todos los datos para luego acusarte de demente, es un paso a seguir aunque ya tomes happy chismes para alejar tu verdad lejana de la verdad inmunda de la mayoría.

Aún así tocas la realidad, la acaricias como a tu amante, aprendes que el miedo no sirve en esta aventura, desventura del caminante, sólo quien lo vive lo puede manejar, pues por todos es bien sabido que la energía fluye, otra cosa es dominar el destino que enlaza. Y aún así preguntas, ¿qué pasa? ¿a dónde me llevas? La cuenta atrás te dice que todo esto tiene un fin, pero como individuo no sabes si esperar el momento señalado o ir a buscarlo. Si es lo que tiene el futuro, que te espera a que llegues a la meta, pero te deja que tú elijas el camino por el que llegar.

Pero todo esto son piezas que van encajando, como los minutos que se añaden en el reloj, desgastados por el uso, renovados por cada nuevo giro entre palillos de sonoridad exacta.

Una pregunta puede ser el nuevo trastorno de la embastada historia, ¿de qué color es el conejo? Tal y como yo creía, tenía más cerca el arma del corazón que de la cabeza.