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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
6
Drama El 2 de marzo de 1974, el joven anarquista Salvador Antich, militante del Movimiento Ibérico de Liberación, se convirtió en el último preso político ejecutado en España mediante "garrote vil". Ésta es su historia y la de los intentos desesperados de su familia, compañeros y abogados por evitar su ejecución. (FILMAFFINITY)
18 de junio de 2008
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco a poco, empiezan a aparecer en la gran pantalla aspectos de nuestra reciente historia que hasta hace muy poco parecía un tema tabú, solo reservado a extranjeros (como el “Tierra y Libertad” de Ken Loach.

Sin embargo aquí todavía vamos con un poco de retraso en lo que a la revisión histórica se refiere. Si durante este año hemos asistido a películas muy diversas pero que abordan con puntos de vista diferentes a los conocidos hasta hace poco aspectos como la resistencia, la constitución de la CIA o la reconstrucción de Alemania, e incluso, los propios alemanes han tratado un tema tan fácil de manipular como el control de los ciudadanos que vivían en la zona Este, en España, vista esta película, es evidente que todavía no estamos preparados para huir de los clichés establecidos.

El film cuenta la historia de Salvador Puig Antich, un joven anarquista que fue fusilado justo cuando Franco (y el régimen que él mismo organizó) estaba agonizando. El film está claramente diferenciado en dos partes. Después de un prólogo en el que vemos cómo Puig Antich es capturado y cómo en la captura muere uno de los policías, (aunque el director nos oculta el tiroteo dejándonos dudar durante un largo rato acerca de cómo murió), durante la primera parte asistimos a un “collage”, en la que Antich (Daniel Brühl) cuenta a su abogado (interpretado por Tristan Ulloa) la historia de su militancia anarquista hasta su captura.

La segunda parte se centra sobretodo en los últimos días de Puig Antich en la carcel. Si bien durante la primera parte el film es bastante dinámico, en la que explica, de forma esquemática, la militancia del protagonista. Aunque tampoco quedan demasiado claras la motivaciones, como si el director, Manuel Huerga, diera por hechas demasiadas cosas. Aunque muy posiblemente el director sólo quiere enfocar la película alrededor de su personaje principal, alargando innecesariamente la segunda parte en la que va a ser ejecutado, sin eludir los aspectos más sentimentaloides, buscando claramente el lacrimal del espectador.

El film toma claramente partido, y no es de extrañar que el director repita la escena de la muerte del policía pero desde el punto de vista del protagonista, o mejor dicho, de la familia del protagonista. Sólo la breve relación entre el guardia que le vigila (interpretado por Leonardo Sbaraglia) rompe un poco el tono del film, y es justamente en esas confidencias mútuas, cuando realmente el director consigue conectar, y romper el maniqueismo manifiesto del film. Quizás todavía no estamos preparados para afrontar los hechos oscuros de nuestra historia más reciente (sin negar que realmente se cometieron auténticas barbaridades) desde un punto de vista más distante y objetivo. Y todo esto sin poner en cuestión que realmente hay muchos aspectos oscuros en el verdadero caso de Salvador Puig Antich.
manulynk
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