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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
9
Drama En el Japón medieval, devastado por las guerras feudales, un vulgar ladrón es elegido para sustituir a un poderoso señor de la guerra, que acaba de morir. (FILMAFFINITY)
26 de abril de 2008
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta paradójico que uno de los cineastas orientales más reconocidos (y conocidos) fuera de su país fuera Akira Kurosawa, en cuyas principales películas resuenan ecos claramente shakespearianos.
Quizás ese sentido de la tragedia tan reconocible por los occidentales (sobretodo para los anglosajones) sea el motivo por el que si se obliga a cualquiera a citar cineastas japoneses, uno de los primeros nombres en aparecer sería el suyo. Este film ambientado hacia finales del siglo XVI en un japón feudal consumido por las guerras internas, se centra en el shogun del clan Takeda, Shingen Takeda (Tatsuya Nakadai), el cual gravemente enfermo, y ante la situación decide recurrir a un doble para que sus enemigos no sepan de su muerte, evitando cualquier síntoma de debilidad y de esta forma puedan mantener sus dominios sin problemas. El elegido será un humilde ladrón (interpretado por el propio Tatsuya Nakadai), el cual asumirá su papel hasta sus últimas consecuencias.
Kurasawa utiliza un tono marcadamente intimista para contarnos las peripecias de un hombre al que no le dan elección tiene que asumir un papel que no ha elegido. A pesar de ambientarlo en un momento turbulento y violento de la historia de Japón, lo que le interesa a Kurosawa no es mostrarnos grandes y épicas batallitas (de hecho, cuando se ve obligado a mostrarlas, éstas duran lo imprescindible), sino hablarnos de una historia que tiene lugar en los entresijos del poder. Una historia con aires de tragedia en el más puro sentido shakespeariano de la palabra. Al mismo tiempo Kurosawa no evita realizar una crítica implícita hacia el mundo social del japón feudal, excesivamente encorsetado en unas clases sociales donde el samurai que es una clase dominante tiene el poder de decidir sobre la vida o la muerte de personas de estamentos inferiores.
Un mundo que Kurosawa retrata en pleno declive aunque con sutileza: el jefe del clan no ve otra solución que buscarse un suplantador para mantener el poder del clan, seguramente debido a que no hay nadie que pueda sustituirle con garantías. Y todo ello rodado con la magistralidad habitual en el cineasta nipón. Una perla más en su filmografía.
manulynk
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