Kerry Conran no había filmado ninguna película antes de Sky Captain, y no ha vuelto a hacerlo después. Por injusto que esto pueda ser, hay que poner las cartas sobre la mesa: Sky Captain y el mundo del mañana es un hito técnico dentro de la historia del cine, pero no artístico. De ningún modo artístico.
Sky Captain es sencillamente una película fallida, la definición exacta, de hecho, de una producción fallida. Intentaron que fuera lo más de lo más, la repanocha, la reoca en bicicleta, y les salió el tiro por la culata. Lección número 1 para cineastas: de da sirve que tengas los mejores medios, una estética pulp y abras camino en el uso (efímero) de la pantalla verde para rodar una película entera si el guión que tienes es tan pobre. Porque sí, Sky Captain es una delicia para los ojos, una cinta revolucionaria en su uso de la técnica y a la vez impregnada de ese encanto del cine de antaño, de la época clásica de Hollywood, pero su guión es un batiburrillo de cosas sin pies ni cabeza, lleno de clichés y con personajes planos cual tabla de planchar.
Entre los actores, un aviso para los más fans de Angelina Jolie: apenas aparece 10 minutos. Eso sí, su segmento es el mejor de la película, el primer momento en el que se nos ofrece de verdad algo de entusiasmo y de pasión. Jude Law funciona perfectamente como héroe (aunque a la larga no salió del todo bien el intento de convertirlo en superestrella tras su nominación al Oscar por Cold Mountain), y Gwyneth Paltrow, quizás una de las más clásicas de las actrices modernas, clava su personaje de periodista aventurera.
En definitiva, una película sencillamente fallida.

Lo mejor: Su aspecto visual, revolucionario.
Lo peor: El guión es pobre. Muy pobre.