¿Habéis visto las valoraciones que tiene La dama y el vagabundo en Filmaffinity? Mayoría de seises en las críticas publicadas, y valoración global de 5,5 en la página.
Pues bien, se pueden fiar de esta sacrosanta casa de aficionados al cine. Esa es exactamente la nota que merece la película.
Dejando de lado ciertas cosas que, para qué engañarnos, son signo de los tiempos (la presencia de Kiersey Clemons como la dueña de Reina, y no porque sea una mala actriz, que no lo es en absoluto, sino porque permítanme que dude de que en la Inglaterra de principios del siglo XX hubiera muchas mujeres negras o mestizas de clase media alta y casadas con hombres blancos típìcamente anglosajones), lo cierto es que este remake en imagen real (y, por supuesto, muchos efectos visuales para recrear a los perros) no tiene nada de malo. Es una película entretenida, tierna, simpática y romántica, que de eso se trataba, y sin duda resulta perfecta para ver en familia y pasar un rato entrañable. Su problema, aparte de que, como ocurre en El Rey León, los animales tienen menos expresión que un pepino, es que no hacía ninguna falta hacerla. Seamos sinceros: esta moda de los remakes en imagen real ha surgido y ha pervivido porque las películas dan dinero, o mucho dinero, eso es innegable. Esta concretamente se ha estrenado directamente en Disney +, pero vamos, que son un negocio redondo para la casa de Mickey Mouse. Sin embargo, por el camino, mientras amasan millones de dólares, se dejan mucho encanto y mucha magia que sí tenían los clásicos animados.
En definitiva, no es nada del otro mundo, no hacía ninguna falta hacerla, pero es correcta.

Lo mejor: Resulta entrañable, el casting de voces originales es fabuloso y el mítico momento de los espaguetis mantiene su encanto.
Lo peor: La animación es poco o nada expresiva en los perros, y es una película innecesaria a todas luces.