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Voto de Sibila de Delfos:
7
Aventuras. Drama Escocia, año 1304. Tras la ejecución de William Wallace, obligado a entrar en batalla para salvar a su familia, su gente y su país de la tiránica ocupación inglesa, Robert the Bruce se apodera de la corona de la Escocia medieval y lidera a un grupo de hombres insurgentes para enfrentar la ira del ejército más fuerte del mundo conducido por el despiadado rey Eduardo I y su débil hijo, el príncipe de Gales.
10 de diciembre de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El rey proscrito no es Braveheart, avisamos. Ni Braveheart, ni Gladiator, ni El reino de los cielos, ni nada relacionado con el Rey Arturo o Robin Hood, ni nada parecido. Es ficción histórica pura y dura, con sus licencias, pero histórica en vez de épica fantástica.
La historia de Robert the Bruce se nos presenta en pantalla con un lujo indescriptible (todo el trabajo técnico es una maravilla y la ambientación funciona a la perfección... no por casualidad, hay 120 millones de presupuesto detrás) y con mucha seriedad por parte de David Mackenzie, autor de Comanchería y también una pequeña maravilla desconocida como fue Perfect Sense en 2011. Y sí, El rey proscrito tiene batallas, por supuesto. Muchas, de hecho, con su correspondiente y consecuente violencia. Pero no esperen un relato épico de batallas y romances medievales. Esta es una historia dramática sobre la forja de un país en lucha por su independencia (una lucha que continúa a día de hoy...), y como tal funciona muy bien. No es perfecta, por supuesto, más que nada porque no necesitaba durar dos horas. El ritmo flojea debido a ese exceso de metraje, y además la narración es más fría de lo que debería teniendo en cuenta las muy apasionadas interpretaciones de su elenco, pero a pesar de estos fallos, sin duda se trata de una película recomendable para los que quieran ver una buena narración y sean seguidores del buen cine históricos de caballeros, damas, guerreros, castillos, asedios, batallas y reyes en conflicto.
Entre los actores, pues qué decir, salvo que por allí pasea parte de la flor y la nata de la actuación británica, vistos muchos de ellos además en muchas series y películas, y sobre todo en Juego de Tronos (Stephen Dillane, James Cosmo, Clive Russell, etc). Billy Howle está fantástico como el fanático y cruel Edward II, mientras que Aaron Taylor-Johnson muestra una cara muy distinta de la que le hemos visto hasta la fecha en su periplo hollywoodiense y resulta muy creíble, como en todo lo que hace (no se lo pierdan en la magistral Animales nocturnos). Pero sin duda el gran espectáculo son la pareja formada por Chris Pine y Florence Pugh. Se podría decir que es la mejor interpretación de Pine, cuya carrera hasta la fecha no es que haya sido muy brillante, Star Trek aparte. Su entrega como Robert the Bruce es absoluta, y consigue que el público se ponga inmediatamente de su lado y sienta enorme simpatía por el héroe escocés. Pugh, por su parte, sigue demostrando que es la actriz del futuro. Ya estaba maravillosa en Lady Macbeth y El rey Lear, pero lo que hace aquí es igualmente antológico en la piel de una Elizabeth Bruce que es todo fuerza, determinación, inteligencia y dignidad (ver cuando se despide de Marjorie o cuando habla con su esposo tras la boda). Fabuloso trabajo.
En definitiva, una correcta ficción histórica, notable incluso, a la que le falta algo de emoción.

Lo mejor: Los actores, todos excelentes (especialmente Chris Pine, Florence Pugh y Billy Howle), y la ambientación.
Lo peor: Es demasiado larga y el ritmo decae en demasiadas ocasiones.
Sibila de Delfos
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