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Voto de Sibila de Delfos:
9
Drama. Comedia Antonio (Javier Cámara) es un profesor que utiliza las canciones de los Beatles para enseñar inglés en la España de 1966. Cuando se entera de que su ídolo John Lennon está en Almería rodando una película, decide ir a conocerlo. Durante el viaje, recoge a Juanjo (Francesc Colomer), un chico de 16 años que se ha fugado de casa, y a Belén (Natalia de Molina), una joven de 21 que parece que también está escapando de algo. (FILMAFFINITY)
5 de marzo de 2014
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es posible que Vivir es fácil con los ojos cerrados sea la mejor película como director de David Trueba. Habrá opiniones para todos los gustos, pero lo que es seguro es que el mediano de la Trueba Troupe (integrada también por su hermano Fernando y su sobrino Jonás) ha conseguido con esta ganadora de 6 premios Goya su cinta más equilibrada y sobre todo menos pedante. Por fin parece haber aprendido Trueba que la mejor manera de emocionar, ser gracioso y decir cosas interesantes sobre la vida no es creerse gracioso, emotivo e importante para el mundo en general (que era lo que le pasaba en Bienvenido a casa, por ejemplo, que se gustaba demasiado a sí mismo y estaba encantado de haberse conocido), sino dejar todo en manos de sus excelentes actores y hacer de la sencillez (que no simpleza) y la naturalidad su bandera.
Así, Vivir es fácil con los ojos cerrados se convierte en una tierna y bella fábula acerca de los sueños y la persecución de los mismos, y sobre todo en el retrato de una amistad insólita entre tres personajes muy distintos que se encuentran en la carretera en momentos muy diferentes de su periplo vital. Y como tal la película funciona a la perfección, aunque se le puede achacar cierta frialdad en la manera de narrar de Trueba, aunque afortunadamente esto se corrige en un tercio final de excepción que sí emociona a los espectadores (atención al momento en que Juanjo, Belén y el padre de aquel escuchan Strawberry Fields Forever en el coche, o por supuesto el momento en que Antonio logra su sueño).
Además Trueba, esta vez sí, controla muy bien a los secundarios, como Ariadna Gil y sobre todo jorge Sanz, que tan desatados y horribles estuvieron en la citada Bienvenido a casa, extrayendo de ambos lo mejor que tienen (Sanz está especialmente acertado en su breve pero intenso rol). Francesc Colomer resulta algo soso, pero no es menos cierto que el personaje también lo requiere. Natalia de Molina es todo lo contrario, una suerte de nueva Verónica Echegui, todo carisma, talento y desparpajo frente a la cámara. Y qué decir a estas alturas de Javier Cámara, salvo que cuando era el gordito simpático de Siete Vidas no sabíamos aún que estábamos ante uno de los mejores actores de la historia de España, y así tiene que ser reconocido. Es gracias a él, a su mirada y sus gestos, que la pequeña odisea de Antonio resulta tan encantadora.
En definitiva, una excelente película, tierna, entretenida, divertida y llena de ganas de vivir y soñar.

Lo mejor: Javier Cámara, la fotografía y el infinito encanto de la propuesta.
Lo peor: La cesión al convencionalismo más rancio en la relación entre los dos jóvenes.
Sibila de Delfos
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