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Voto de Sibila de Delfos:
1.177
Thriller. Acción
El joven padre Will (Hayden Christensen) lleva a su familia de viaje a una cabaña en el bosque. Por el camino, el Jefe de Policía (Bruce Willis) les aconseja tener cuidado, pues ha habido un robo en el banco local. Mientras están de caza, Will y su hijo Danny son testigos del intento de asesinato de un hombre tras otro intento de atraco a un banco, que esta vez ha salido mal. (FILMAFFINITY)
30 de abril de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ay, Hayden Christensen.
En 2001 parecía que iba a comerse el mundo. Asombró a la crítica, por primera y única vez, en La casa de mi vida, hasta el punto de ser nominado a diversos premios entre los que se encontraba el Globo de Oro, y se preparaba ya para el salto a la fama mundial tras ser elegido por George Lucas para ser su nuevo Anakins Skywalker / Darth Vader en los episodios II y III de Star Wars.
El problema es que ahora hay que pensar que, en La casa de mi vida, la flauta sonó por casualidad. Al bueno de Hayden le cayeron todos los palos habidos y por haber por su nefasta interpretación en la saga galáctica, y a pesar de nobles y acertados intentos por reponerse (El precio de la verdad), su carrera quedó herida de muerte y jamás se ha vuelto a recuperar, pese al éxito posterior de la entretenida Jumper. Lo que no sabíamos en su momento, y parece que George Lucas tampoco se dio cuenta, es que el chico tiene menos carisma que una ameba y que su talento, si es que lo tiene, da para muy pocas cosas decentes.
Así, ahora el actor canadiense ha quedado relegado a proyectos como El último disparo y a una carrera sospechosamente parecida a la de un Nicolas Cage más joven y atractivo: es decir, toca todos los géneros, pero lo hace en proyectos tirando a cutres y telefilmescos.
La buena noticia, en esta ocasión, es que El último disparo no está mal. Es bastante entretenida, no está mal rodada, y Christensen se ve acompañado por dos actores, Bruce Willis y Gethin Anthony, que sí son buenos intérpretes y, sobre todo, tienen todo el carisma que a él le falta. Parece mentira que, teniendo los ojos que tiene el Anakin cinematográfico, tenga tan poco que decir con ellos, pero así era a principios de los 2000 y así sigue siendo ahora.
El problema de la película es su dudosa moralidad (atención al mensaje que lanza sobre cómo lidiar con el acoso escolar... inquietante como poco) y que no deja de ser una cosa excesivamente rebuscada y llena de giros facilones y difícilmente creíbles.
Pasable y poco más.
Lo mejor: Gethin Anthony y Bruce Willis. Y que es entretenida.
Lo peor: Resulta poco o nada creíble y lanza mensajes controvertidos cuanto menos.
En 2001 parecía que iba a comerse el mundo. Asombró a la crítica, por primera y única vez, en La casa de mi vida, hasta el punto de ser nominado a diversos premios entre los que se encontraba el Globo de Oro, y se preparaba ya para el salto a la fama mundial tras ser elegido por George Lucas para ser su nuevo Anakins Skywalker / Darth Vader en los episodios II y III de Star Wars.
El problema es que ahora hay que pensar que, en La casa de mi vida, la flauta sonó por casualidad. Al bueno de Hayden le cayeron todos los palos habidos y por haber por su nefasta interpretación en la saga galáctica, y a pesar de nobles y acertados intentos por reponerse (El precio de la verdad), su carrera quedó herida de muerte y jamás se ha vuelto a recuperar, pese al éxito posterior de la entretenida Jumper. Lo que no sabíamos en su momento, y parece que George Lucas tampoco se dio cuenta, es que el chico tiene menos carisma que una ameba y que su talento, si es que lo tiene, da para muy pocas cosas decentes.
Así, ahora el actor canadiense ha quedado relegado a proyectos como El último disparo y a una carrera sospechosamente parecida a la de un Nicolas Cage más joven y atractivo: es decir, toca todos los géneros, pero lo hace en proyectos tirando a cutres y telefilmescos.
La buena noticia, en esta ocasión, es que El último disparo no está mal. Es bastante entretenida, no está mal rodada, y Christensen se ve acompañado por dos actores, Bruce Willis y Gethin Anthony, que sí son buenos intérpretes y, sobre todo, tienen todo el carisma que a él le falta. Parece mentira que, teniendo los ojos que tiene el Anakin cinematográfico, tenga tan poco que decir con ellos, pero así era a principios de los 2000 y así sigue siendo ahora.
El problema de la película es su dudosa moralidad (atención al mensaje que lanza sobre cómo lidiar con el acoso escolar... inquietante como poco) y que no deja de ser una cosa excesivamente rebuscada y llena de giros facilones y difícilmente creíbles.
Pasable y poco más.
Lo mejor: Gethin Anthony y Bruce Willis. Y que es entretenida.
Lo peor: Resulta poco o nada creíble y lanza mensajes controvertidos cuanto menos.
