Voy porque soy un freak del Spirit desde la más tierna infancia. Cometo un error. Me espero un Spirit a la Eisner y me encuentro con un Spirit a la Miller (¿esperaba usted otra cosa? Es verdad, qué torpe). El discípulo traiciona al maestro.

Esteticamente la cosa está muy bien. Preciosa.

El resto no vale nada. Mal guionizada, mal montada, sin ritmo, sin sentido... Es un comic llevado a la pantalla fotograma a fotograma. Como Sin City pero sin gracia. Me aburro. Un tostón. Un rollo. Macht es un maniqui atolondrado y la Eva Mendes es tan mala que, mire usted, ya hasta me da igual que esté buena. Yo solo quiero mi dinero y una botella de bourbon para olvidar.

Inaguantable.