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España España · Madrid
Voto de Pakosky:
5
Terror. Ciencia ficción Un pulpo gigante ataca un barco, cuando repentinamente aparece Gaira, un enorme simio de color verde, que destruye el pulpo y devora a los marineros. Es entonces cuando empieza una senda de terrror y destrucción. El único que puede deterner a Gaira es Sanda, su hermano gemelo de color marrón, el lado positivo de la original masa de la que surgen ambas bestias. La batalla está servida. (FILMAFFINITY)
12 de marzo de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extravagante película, como casi todas estas producciones de monstruitos con las que los japoneses inundaron el mundo durante las décadas de 1960 y 1970. Todas ellas con un rollo en plan post-apocalíptico -normal dadas las circunstancias- de nítido sesgo ecologista y destinado al entretenimiento de niños y adolescentes sin mayores complicaciones. La mayoría de ellas, por cierto, rodadas por el sempiterno especialista en la materia: Ishiro Honda (o alguno de sus secuaces-discípulos).

Las había mejores y las había peores. Las de Godzilla, por ejemplo, tenían mucha gracia, un punto de comicidad y bastante encanto. Otras, como ésta, dependen mucho del día en que te cojan. Yo la ví de chavalito, con diez años, en el cine de mi barrio. Por ello la recordaba lejanamente con cariño y envuelta en cierto halo romántico pues me gustó mucho por aquel entonces. También es verdad que éramos mucho más inocentes, el único videojuego disponible era el "Space Invaders", no existía internet, y lo más atrevido que hacíamos era ver la tele con dos rombos e intercambiar cromos de Mazinger Z durante el recreo.

Tristemente, y como suele ocurrir en estos casos, la revisión adulta la ha puesto en su justo lugar, que es el de simplemente "pasable". Se trata de un producto de contenido absolutamente "freak", con detalles técnicos interesantes, que se deja ver y no aburre, pero poco más. También es cierto que si has pasado de los treinta ya no eres "público objetivo" para este tipo de cosas a menos que seas aficionado al manga o al anime. Por ello, de atreverte con esta clase de películas, no deberías juzgarlas con demasiada dureza y sí con mentalidad abierta y una buena dosis de sentido del humor.

Lo mejor: Las trabajadísimas maquetas y los currados dioramas en los que se desenvuelven y luchan los simios de marras. Algunos francamente efectistas y bien conseguidos.

Lo peor: Un guión inconsistente, repleto de incoherencias y diálogos para besugos que a menudo mueve a la risa.

Lo incomprensible: ¿Qué "leches" pintaba aquí Russ Tamblyn?
Pakosky
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