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España España · Barcelona
Voto de Tombol:
6
6,6
2.090
Documental En 2014, un multimillonario de procedencia china reabrió una antigua fábrica de General Motors en la ciudad de Dayton (Ohio). Para miles de locales, la llegada de un manufacturador multinacional implicaba recuperar sus trabajos -y su dignidad- después de que la recesión hiciese estragos en su día a día. Al principio, el contraste cultural es gracioso, pero los problemas entre el planteamiento chino y el norteamericano no tardan en ... [+]
12 de agosto de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El documental me resulta interesante porque podemos comprobar cómo funcionan y se desenvuelven las diversas fuerzas que operan en una fábrica, más que por los dilemas a los que parece apuntar esta producción. Señalaré las principales reflexiones que me ha evocado:

PRIMERA:
Se plantean una serie de dilemas (sindicación - no sindicación, EEUU - China, productividad - derechos de los trabajadores, etc.) que en realidad no son tales, pues de entre las dos perspectivas será una de ellas la que nos va a atraer como occidentales.

SEGUNDA:
De entre los dilemas, el de la sindicación de los trabajadores es el que protagoniza todo el metraje. Da la impresión de que el documental se decanta a favor de la existencia de un órgano sindical que garantice los derechos de los trabajadores, como si esto fuera lo más importante, como si un sindicato fuera un organismo que realmente fuera a salvar a sus representados. Esta ingenua creencia se mantiene todavía sobre todo en los simpatizantes de las ideologías izquierdistas, que creen en el benefactor funcionamiento del Estado. Y no me vale que el sindicato en China sea todavía más vergonzante.

TERCERA:
Lo que de verdad podemos comprobar bien de cerca son las bondades del trabajo asalariado. Es el modo de trabajo moderno, empezó en la primera revolución industrial y hoy día está muy perfeccionado en el sentido de que ya nadie lo discute, se acepta como un logro maravilloso de nuestro modo de vida. En un momento dado un trabajador habla de que a veces pensó "¿porqué hago esto?" refiriéndose a porqué hacía un trabajo que en realidad era nocivo para su persona, pero solo es un ramalazo de comprensión de la realidad, no llega a entender que esta manera de trabajar te convierte en un esclavo total. Es decir, la ecuación es: ¿Porqué hago esto? Porque no puedes elegir; por tanto, eres un esclavo.

CUARTA:
Cuando vemos de cerca las condiciones de trabajo en China, los sistemas adoctrinadores que se emplean sobre los trabajadores, toda la mentalidad que allí se tiene, te empieza a entrar un sudor frío. Allí lo han conseguido, los trabajadores son perfectas piezas engrasadas para que la maquinaria productiva funcione a las mil maravillas, sin nadie que rechiste, son auténticos robots humanos. Pero no nos comamos los mocos, aquí no hay tanta explotación como allí, pero vamos acercándonos a ellos, todo se andará, el ejemplo que se observa en el presente documental es más que inquietante.

QUINTA:
Hay que quitarse las anteojeras: Los chinos obedecen como autómatas, allí nadie se cantea... pero en Occidente tenemos también lo nuestro. Hay un momento en que los supervisores de la empresa china son invitados al país oriental y podemos comprobar cómo la mayoría de ellos son obesos, tienen unos cuerpos deformes, la maravillosa vida en América ha hecho de ellos unos ejemplares de humanos que tienen algo de patético. Y es que las "idílicas" condiciones de vida que nos ha proporcionado el afamado estado de bienestar ha logrado eso, degradar al sujeto hasta niveles aún no mesurados.

SEXTA:
"American factory" nos permite comprobar lo que hemos llegado a ser como sociedad: Cada uno piensa sólo en sí mismo, nadie es capaz de encontrar el apoyo en otros, el dinero y el trabajo lo son todo y lo demás no es nada, te conformas con una habitación y una televisión, por cuatro duros eres capaz de vender tu alma al diablo, no hay dignidad alguna. Sí, aquí también asiento en que la ideología patriotera de los chinos es todavía más terrible, yo tampoco la quiero. Por eso digo que el dilema no es entre los dos sistemas.

SEPTIMA:
Hay que fijarse cómo el Estado norteamericano deja hacer a los entes que pululan por el documental, tanto las empresas como las instituciones u organizaciones, al Estado todo lo que ocurre le viene bien, todo menos ir a la raíz del problema, en el caso de EEUU un modo de vida que ha llevado al país a asomarse a un abismo que no tardará en pasar factura a sus ciudadanos.

OCTAVA:
El documental me ha entrado bien porque no hay una voz en off que te guíe, que te cuente cómo has de entender las cosas. Se te enseñan las condiciones de trabajo, los trabajadores, los jefes, ciertos eventos. Te sirve como espejo de un hecho social. Te sirve si no entras en ideas preconcebidas ni subjetividades. Todo lo tienes ahí, en este caso ciudadanos comunes de los dos países más poderosos del planeta, chinos y americanos, cada uno de ellos (los ciudadanos) como meros peones de un mundo alienante, y los jefes (el magnate chino) que solo transpiran productividad y economía.

NOVENA:
El documental nos sirve para comprobar que vamos entrando en las ideologías de la Cuarta Revolución Industrial, aún en ciernes: Al final de la cinta vencen en unas elecciones los que prefieren el dinero a las condiciones laborales. Se va estrechando el círculo. También podemos ver cómo la empresa china protagonista empieza al final a incorporar a robots para sustituir a varios trabajadores, se supone que la sustitución se hace pues las máquinas tienen igual o mayor eficacia que los humanos. Pero a mí me pareció que ello era un recurso de la empresa china para presionar, para conseguir que los trabajadores trabajen más por menos, a la esclavitud humana no van a renunciar nunca, lo de los robots sólo es un medio y no un fin, pero se utiliza como estrategia para llevar al humano hacia sus objetivos de dominación.

DECIMA:
Los que fueran antiguos trabajadores de la General Motors y ahora contratados por la empresa china Fayou lloriquean pensando en los 29 dólares la hora que ganaban con la empresa americana. No ven nada más de eso, esa era su felicidad. Y sí, como se dice en el documental, los chinos son superiores, son superiores en productividad laboral por supuesto... ese es el baremo que parece que cuenta en la nueva normalidad que se viene.
Tombol
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