No pretendo aportar nada a nadie al escribir la reseña de una película que es sancta sanctorum en el imaginario de tanta gente sino tan sólo reflexionar sobre por qué me gusta a mí tanto y acudo a ella cada dos por tres cuando no tengo otra cosa para ver.
Y he llegado a la conclusión de que esta película me gusta por la enorme sorna que aplica Wilder sobre ella, ese es para mí el quiz de la cuestión, lo que la hace infalible, divertida y cachonda.
Charles Laughton, (grande, grande, grande), escondiendo los puros y el brandy, diciendo !Protesto señoría!. Una peli de juicios que se precie no debería existir sin ese !protesto! enérgico de un abogado defensor, me da exactamente igual lo que opinen los estudiantes y profesionales del derecho, el juicio que los espectadores queremos ver en el cine ha de ser así. Testigos sorpresa, declaraciones desmontadas con habilidad e ingenio, pruebas obtenidas a contrarreloj en el último momento, historial de precedentes citados para tapar la boca a un fiscal tiquis miquis y elocuencia teatral y grandilocuente en el estrado con las pelucas ladeadas tras el esfuerzo que nos deja sin aliento y al borde del infarto igual que a Laughton.
Una femme de hielo afirmando "No uso sales porque hinchan los ojos y nunca me desmayo porque no estoy segura de caer con elegancia". A eso se le llama teatralidad en primer grado, no hay presentación más dramática, la señora declara eso y queda ya perfectamente definida en su esencia.
El monóculo escrutador, la testigo sorda, el celo humorístico con que la enfermera trata de ejercer su labor, esa socarronería que aplica Wilder hasta en los más mínimos detalles hacen que la obra de Christie rebulla de vida y de energía, que la intriga tome fuerza y supere su origen sobre el papel, la base será un Agatha Christie pero no cabe duda que la película es enteramente Wilder, un Wilder, además, superior.
Yo sólo sé que cuando quiero pasar un rato agradable y relajado, no me apetece arriesgarme y busco algo conocido y familiar, muchas veces recurro a esta cinta, es el abrazo cálido y reconfortante de un amigo que nunca me falla. Conozcas o no conozcas el desenlace, de un amigo así uno nunca se aburre.