*Yahari Ore no Seishuun Love Comedy wa Machigatteiru (En español: Mi comedia romántica adolescente va tan mal como imaginaba) es un nombre largo e incómodo, por lo que se suele referir a ella simplemente como Oregairu. Durante esta reseña usaré también esa acotación, básicamente por comodidad.
Esta reseña corresponde a la serie completa. A esta primera temporada (Oregairu), a la segunda temporada (Oregairu Continúa) y a la tercera y última (Oregairu Fin). La historia que cuentan esas tres temporadas está completa y no requiere del visionado de ningún extra adicional.


Hachiman Hikigaya es un adolescente pesimista (realista, diría él) que no tiene amigos ni le interesa tenerlos. La historia se centrará en sus comienzos como miembro obligado del Club de voluntariado, donde tendrá que relacionarse con Yukino, una chica de grandes talentos pero poco dotada para relacionarse con los demás, y con Yui, que es todo lo contrario, una chica optimista y dinámica ansiosa por hacer más amigos.

Con esos tres personajes y el resto de la clase, no tardamos en ver que el plantel se ajusta bastante a los tópicos personajes del género: tenemos al chico popular bueno en los deportes, al chico de apariencia y comportamiento absurdamente femeninos, a la chica callada secretamente aficionada al "Boy's Love", etc. Aunque en un principio esto pueda parecer negativo, la serie le da un propósito a todos estos personajes. De hecho, juega y le da la vuelta a varios de estos tópicos.
Y, aunque el protagonista es Hachiman, el desarrollo de Yui y Yukino no se queda atrás. Hachiman no es el clásico perdedor frustrado por no conseguir lo que se propone. Su visión cínica le aporta una dimensión más interesante, en la que él mismo está satisfecho con su ausencia de amigos bajo la excusa de la falta de interés en ellos. Es importante hablar de Hachiman, pues, pese a lo que pueda parecer al comienzo de la serie, el punto principal de la historia, más allá de la comedia y el romance, es el desarrollo de los personajes protagonistas.

A medida que avanza la serie, este desarrollo se hace más patente e interesante, y poco a poco la comedia se va reduciendo para centrarse de lleno en los problemas que se han de resolver. El pico de ese desarrollo se encuentra en la segunda temporada, donde todo toma un cariz más serio, y los personajes muestran sus aspectos más atractivos desde un punto de vista narrativo.

Aunque, personalmente, considero que el desarrollo intermedio es mejor que las conclusiones finales (sobre todo porque en la tercera temporada los personajes secundarios ajenos a Hachiman, Yui y Yukino pasan a un tercer plano demasiado apartado), Oregairu es en general una serie interesante, bien planteada y desarrollada, de esas que logran mantener enganchado a un espectador al que le importan los caminos que puedan seguir los personajes.