Haz click aquí para copiar la URL
Mauricio (Isla) Mauricio (Isla) · Vheissu
Voto de Jean Ra:
7
Thriller. Intriga Ambientada en el mundo de la psicofarmacología, ciencia que estudia cómo afectan las drogas a la mente humana. Emily (Rooney Mara) es una joven que se vuelve adicta a un nuevo medicamento que le receta su psiquiatra (Jude Law) para que pueda controlar su ansiedad ante la inminente salida de la cárcel de su marido (Channing Tatum). (FILMAFFINITY)
12 de agosto de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Manipulación psicológica, una mosquita muerta que no lo es tanto, una vampiresa que tampoco lo es tanto, un fantoche triturado por el fuego de esas mujeres, entorno sofisticado... con esos mimbres un director en horas bajas, pongamos a Brian de Palma, que el pobre casi no se da cuenta por dónde le caen las hostias, lo único que puede conseguir es un producto mediocre y de morbo cutre como lo es "Passion". En cambio, un director en plena forma como Steven Soderbergh, capaz de transitar de películas de strippers mojabragas a otras de corte intelectual sin despeinarse demasiado (no tiene un pelo de tonto), queda un entretenimiento bien musculado y elaborado con su habitual talento para el encuadre milimetrado, el montaje preciso y el sub texto sutil.

Es un thriller prototípico, que como bien indica la propia palabra, pretende ser emocionante y como es habitual en el género, tira de algunas pequeñas artimañas para buscar esos giros que pretenden dejarte con la boca abierta. Algunas de esas jugadas resultan algo tramposas (*) y otras en un principio también, aunque si uno lo observa con perspectiva, se da cuenta que a grandes rasgos la jugada resulta más elegante de lo que aparenta y lo que en el fondo está haciendo es abrir el campo.
Es decir, que al inicio parece que el punto de vista de la película es del personaje que interpreta Rooney Mara, la víctima de una empresa sin escrúpulos, pero no es más que una cortina que tapa algunos engaños que luego se descubren cuando el narrador pasa a ser el personaje del psiquiatra interpretado por Jude Law, que sabe tanto como el espectador. Cuando eso sucede la alarma de estafa salta al instante. Parece que lo que empieza como una película critica con la industria farmacéutica, asemejándose así a “Contagio”, se desentiende del asunto para engañar descaradamente con la única intención de dejarnos con cara de bobo. Algo de eso sí que tiene, pero observemos que en la película contiene otra constante y que por lo tanto sus tiros se orientan hacia otra parte.

Es decir, que cuando el personaje del psiquiatra ve como su vida se desmigaja, su mujer parece renegar de él porque, por mucho que pareciera el marido ideal, lo que le interesaba era la vida cómoda que podía concederle. Él mismo se trasladó desde Europa a EEUU porque ahí la psiquiatría es un negocio mucho más lucrativo y no ha dejado de picar en todas partes por tal de multiplicar sus ingresos. Con eso, ante lo que estamos es de un thriller sin víctimas, todos los personajes parecen marcados por la codicia en menor o mayor medida. Para no revelar la parte más importante del argumento (*2), bastará con decir que ninguno de los personajes nunca están en un callejones sin salida, pero al final siempre prefieren lo material. No son sólo las farmacéuticas, en esta sociedad del enriquecimiento fácil parece bastante corriente aparcar la ética mientras las cuentas van engordando. Con eso, las herramientas del thriller sirven para realizar una meditación acerca de la sociedad de la avaricia y el engaño.

De todas formas, tampoco resulta despreciable el tercer cuarto, cuando todas las cartas están al descubierto y la película se convierte en una intensa partida de ajedrez mental a tres bandas. Ahí todos los personajes son capaces de defenderse y ya no quedan inocentes ni víctimas. Así que sí, estamos ante un thriller de manual. Que es el territorio dónde Soderbergh ha demostrado desenvolverse con mayor pericia, pues no siendo un formalista particularmente brillante y dado que como entertainer tampoco tiene la pegada necesaria, cuando afronta este tipo de films, de ambiciones más limitadas y sin pretensiones económicas demasiado altas, consigue obras tan curiosas y certeras como "El Halcón Inglés" o “Traffic”. Es en ese término medio dónde se le nota más suelto y acertado y se revela como lo que en verdad es: el Sidney Lumet de finales de los noventa y principios del siglo XXI.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jean Ra
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow