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Voto de El Gran Waldo Pepper:
10
6,2
9.773
Comedia
Jimmy está desempleado, divorciado y no tiene un duro, Clyde perdió un brazo en la guerra de Irak y ahora trabaja de camarero en un antro, y Mellie es una peluquera obsesionada con los coches, los tres son hermanos y están empeñados en burlar una supuesta maldición familiar. Para ello van a robar la cámara acorazada del circuito de carreras Charlotte Motor Speedway, durante la celebración de la carrera Coca-Cola 600 en Carolina del ... [+]
22 de agosto de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El puto Soderbergh, tía, el jodido Steven Soderbergh. O como lo llamamos en casa: el Soder.
Estás ahora aquí, maniatado y amordazado, en el salón de mi casa, para rendir cuentas sobre una película mayúscula que no duda en burlarse de sí misma apodándose "Ocean's 7-11".
¿Por qué en una época de cine mediocre que se escuda en la "visión irónica" para justificar lo que no deja de ser incompetencia narrativa, llegas tú y haces que engendrar una obra maestra parezca fácil?
Tan sencillo como presentar unos protagonistas interesantes, que caen bien y que sufren durante toda la película hasta que triunfan al final. Y entre medias deslizas taimado una sutil crítica social a un pais de banderita y sobrepeso que prefiere olvidarse de sus veteranos y sus currantes de a pie.
Nos presentas dualidades casi esperpénticas: por un lado la américa tradicional, aferrada al pasado, simbolizada por la canción de John Denver, y por otro lo externo y moderno, representado por los pilotos de la Nascar, uno inglés, ridículo y obsesionado con las redes sociales (interpretado por un sorprendente Seth Macfarlane) y el otro perdido en el yoga, el sushi y panoplias holísticas. O como los dos hermanos medio retrasados que exigen, no obstante, un motivo ético poderoso para cometer el delito, porque en tu película los pobres tienen principios y los presos tiene cultura.
Y el robo sin víctimas como remedio a la injusticia social.
Te esmeras en los detalles. Cuántas veces encuadras el cartel carretero que da la bienvenida al estado de West Virginia y cuya única función es la de justificar la presencia de los agentes del FBI en el tramo final de la cinta (recordándonos que al cruzar de estado ya se convierte en delito federal y no local). Habrá quien piense que es un detalle insignificante del cual el público actual, consumidor habitual de trap y reguetón, ni se va a percatar ni apreciará. Pero tú sabes que está ahí y tu trabajo merece remilgo y encaje volillense.
Cómo sabes escoger a tus actores y hacer que profesen un cierto "minimalismo barroco"; nos das a Katie Holmes, en su papel de exesposa del protagonista, abriendo la puerta y tan solo con la mirada decirle "te quiero, eres un tipo honrado pero contigo no podremos salir adelante ni nuestra hija ni yo". O ese Daniel Craig con acento sureño rozando siempre el histrión sin perder jamás el equilibrio.
Y como punto y final una victoria de la dignidad, varios regalos para saldar cuentas morales y una nueva prótesis ortopédica articulada que el gobierno no hubiera sufragado para quien dio su brazo por el país.
VOZ EN OFF- ¿Qué haremos contigo, Soder, cuando el cine yazca enterrado por las series en streaming y desde SEXO, MENTIRAS Y CINTAS DE VIDEO hasta TRAFFIC tu obra no sea más que un recuerdo que nos lleva a casa?
(Suena Country Road)
FUNDIDO A NEGRO
Fin
Estás ahora aquí, maniatado y amordazado, en el salón de mi casa, para rendir cuentas sobre una película mayúscula que no duda en burlarse de sí misma apodándose "Ocean's 7-11".
¿Por qué en una época de cine mediocre que se escuda en la "visión irónica" para justificar lo que no deja de ser incompetencia narrativa, llegas tú y haces que engendrar una obra maestra parezca fácil?
Tan sencillo como presentar unos protagonistas interesantes, que caen bien y que sufren durante toda la película hasta que triunfan al final. Y entre medias deslizas taimado una sutil crítica social a un pais de banderita y sobrepeso que prefiere olvidarse de sus veteranos y sus currantes de a pie.
Nos presentas dualidades casi esperpénticas: por un lado la américa tradicional, aferrada al pasado, simbolizada por la canción de John Denver, y por otro lo externo y moderno, representado por los pilotos de la Nascar, uno inglés, ridículo y obsesionado con las redes sociales (interpretado por un sorprendente Seth Macfarlane) y el otro perdido en el yoga, el sushi y panoplias holísticas. O como los dos hermanos medio retrasados que exigen, no obstante, un motivo ético poderoso para cometer el delito, porque en tu película los pobres tienen principios y los presos tiene cultura.
Y el robo sin víctimas como remedio a la injusticia social.
Te esmeras en los detalles. Cuántas veces encuadras el cartel carretero que da la bienvenida al estado de West Virginia y cuya única función es la de justificar la presencia de los agentes del FBI en el tramo final de la cinta (recordándonos que al cruzar de estado ya se convierte en delito federal y no local). Habrá quien piense que es un detalle insignificante del cual el público actual, consumidor habitual de trap y reguetón, ni se va a percatar ni apreciará. Pero tú sabes que está ahí y tu trabajo merece remilgo y encaje volillense.
Cómo sabes escoger a tus actores y hacer que profesen un cierto "minimalismo barroco"; nos das a Katie Holmes, en su papel de exesposa del protagonista, abriendo la puerta y tan solo con la mirada decirle "te quiero, eres un tipo honrado pero contigo no podremos salir adelante ni nuestra hija ni yo". O ese Daniel Craig con acento sureño rozando siempre el histrión sin perder jamás el equilibrio.
Y como punto y final una victoria de la dignidad, varios regalos para saldar cuentas morales y una nueva prótesis ortopédica articulada que el gobierno no hubiera sufragado para quien dio su brazo por el país.
VOZ EN OFF- ¿Qué haremos contigo, Soder, cuando el cine yazca enterrado por las series en streaming y desde SEXO, MENTIRAS Y CINTAS DE VIDEO hasta TRAFFIC tu obra no sea más que un recuerdo que nos lleva a casa?
(Suena Country Road)
FUNDIDO A NEGRO
Fin