He de decir que One Piece me encanta, la veo todos los domingos por la mañana nada más estrenar el capítulo, así que... ¿Por qué el 2? Bien. Entremos en materia.
One Piece hace 18 añazos que se emite, 802 episodios a día de la realización de esta crítica, lo que significa muchas etapas y muchos cambios en el propio anime, los cuales no siempre son buenos y a día de hoy se notan bastante. Estos cambios se notan y van pesando cada vez más, y me hace plantearme a mí (y a muchas personas) si pasar a leer el manga original. A mí me gustaría centrarme en dos aspectos fundamentales: el ritmo del anime, y la animación.
Primero, el ritmo. El ritmo de un medio audiovisual es fundamental para que no se haga pesado o apabullante para el espectador. A la hora de adaptar un manga la que parece la "Regla de oro" es adaptar más o menos dos capítulos del manga para cada capítulo del anime. Esto esta muy bien en teoría, pero a este ritmo se corren riesgos de "pillar" al manga en cierto tiempo por lo que todos los animes recurren a capítulos de relleno, a hacer el anime por temporadas (con su parón incluido) o a adaptar menos capítulos. Los capítulos actuales de One Piece adaptan uno o incluso menos capítulos por episodio, lo cual se carga completamente el ritmo, teniendo multitud de capítulos en los que se parece que no ocurre nada, o incluso que son directamente aburridos.
Segundo, la animación. Si bien es cierto que One Piece siempre ha tenido una animación correcta, y por momentos estelar, de un tiempo a esta parte esta ha caído de una forma preocupante (Más o menos desde el 2014 parece ser el consenso en foros). No espero animación de suprema calidad en todos y cada uno de los episodios, pero es que a veces es sinceramente chocante algunos escenarios o personajes, lo simplista que son, y/o lo mal dibujados que están (proporciones grotescas de cuerpos, manos con seis nudillos, caras que no parecen casi ni caras, personajes de fondo repetidos de manera bastante "cantosa",...).
Son dos problemas que se tienen que tener en cuenta muy seriamente porque afectan a la calidad misma del anime. Para el primer problema la solución que veo es quizá adaptar más contenido del manga y cuando se le alcance hacer la serie por temporadas, eso además creo aumentaría la anticipación por la serie pero significaría dejar de emitir la serie por lo que también tendría sus consecuencias. Para el segundo problema sí que no veo excusa posible la verdad. La productora encargada de One Piece es Toei Animation, la cual tuvo ya los derechos de series míticas como Bola de Dragón, Bola de Dragón Z, o Los Caballeros del Zodiaco. Aunque entiendo que producir un anime tiene que ser una empresa harto complicada, no entiendo como es posible que hayan dejado caer la animación tan bajo, más teniendo en cuenta que se trata del sin ninguna duda el anime más popular del momento y uno de los más populares de la historia del medio. Hay quien utilizan la excusa del presupuesto para defender la calidad actual, pero no la veo factible cuando hablamos de la ingente cantidad de dinero que tiene que mover One Piece con su mercancía, y el propio presupuesto de la productora, más cuando han sido capaces anteriormente de realizar la serie con mucha más calidad. Pero claro, como One Piece semana tras semana tiene buenos números de espectadores en Japón, pensarán que todo va bien.
Para finalizar, otro punto menor es la estructura de cada episodio en sí. Cada episodio dura 23:55 más o menos, pero si le restamos el opening (dos minutos y medio más o menos), la presentación de la tripulación y el objetivo de Luffy (unos 2 minutos) (que ya me dirás para qué se necesitará esto en el capítulo 802), y el resumen de lo que ha pasado en los últimos dos capítulos (otros dos minutos) se nos quedan unos 17 minutos más o menos. Aún así, como dije en el primer punto, algún capítulo resulta pesado o cargante.
En resumen, One Piece en 2017 presenta problemas serios en el ritmo y animación, los cuales deberían solucionarse lo más pronto posible ya que están comprometiendo la calidad del anime de una manera preocupante.