Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
8
Fantástico. Aventuras. Drama Cuando Harry Potter y sus amigos vuelven a Hogwarts para cursar su tercer año de estudios, se ven involucrados en un misterio: de la prisión para magos de Azkaban se ha fugado Sirius Black, un peligroso mago que fue cómplice de Lord Voldemort y que intentará vengarse de Harry Potter. El joven aprendiz de mago contribuyó en gran medida a la condena de Sirius, por lo que hay razones para temer por su vida. (FILMAFFINITY)
13 de febrero de 2022
Sé el primero en valorar esta crítica
Hogwarts corre un gran peligro y su principal héroe está amenazado.
Parece que tiempos de oscuridad se van a sumir sobre el lugar y sus moradores, y todo va a cambiar...

Si algo distinguió a la saga de Joanne Rowling, y por tanto es lo que evidencia su inteligencia, es que permitió crecer a sus personajes acorde al crecimiento de sus lectores en lugar de dejarles viviendo aventuras como niños, congelados en el tiempo. Este cuidado por ellos traía consigo consecuencias importantes, y es que la pérdida de la inocencia iba unida a un enfoque menos infantil en la historia; lo demostró con "El Prisionero de Azkaban", que tardaría cinco años en llegar a cines, con el histerismo colectivo de las dos primeras entregas, cuyo realizador iba a ser sustituido, vital para que el cambio cinematográfico fuera par al literario.
Alfonso Cuarón, que ya se había jalonado cierta reputación en EE.UU., llega extrañamente sin haber leído los libros ni haber visto las películas y con poca experiencia en eso de las superproducciones con miles de efectos visuales; aun así, convencido por Guillermo del Toro, se sumerge en las páginas de Rowling y capta al momento la esencia y la emoción de su rico universo. Y él trae algo nuevo: oscuridad (insinuada en "La Cámara..." pero sin el nivel de profundidad y crudeza que sí imprime el mexicano); un pequeño prólogo en casa de los Dursley que cruza "Matilda" con Monty Python, nos retrotrae a los anteriores films, pero pese a su humor absurdo y diálogos incómodos, se acorta con algo inusual: una muestra de violencia por parte de Harry.

El héroe estalla en rebelión y se sumerge en los tenebrosos recovecos de su interior, extrapolados a un ambiente de exteriores nocturnos y gélidos y rincones mohosos, en penumbra o apagados (Michael Seresin reemplaza a Roger Pratt y el efecto es sobrecogedor), si bien el humor, menos mojigato y más ácido, sigue estando presente. La razón del gran paso de madurez que da esta 3.ª parte es que la amenaza principal concierne exclusivamente a Harry, conectando con su más traumático pasado y removiendo su conciencia y espíritu (sin necesidad de estar de por medio su némesis Voldemort).
"Something wicked this way comes!", canta el coro de Hogwarts, anunciando graves problemas (ahora ya se habla abiertamente de asesinos y muertes); el horror incluso se materializa en algunas criaturas como el álter-ego licántropo de Remus (cuya transformación es un momento memorable y escalofriante en la saga) o los apabullantes dementores (de claras influencias "tolkienianas", son las versiones flotantes de los caballeros nazgul). El espíritu luminoso de Zemeckis y Spielberg deja paso a un mayor acercamiento a Dickens, King, Burton, Lovecraft o R. Martin (y un cierto guiño apreciable a "La Historia Interminable" con el gran Buckbeak).

Kloves, pese a su política de prostituir el texto original a base de eliminar o cambiar situaciones y personajes, se introduce en fuertes pasajes dramáticos y deja al héroe en constante acecho de la parca, desarrollando la trama no como una peripecia detectivesca al uso, sino como una intriga psicológica donde Cuarón hace gala de su fluidez narrativa brindándonos pistas susceptibles de resolverse fácilmente (si bien una de las claves del argumento, la razón de la búsqueda de Harry por Sirius, se nos da masticada y regurgitada de una manera inepta y vergonzosa).
El trío Radcliffe/Grint/Watson dejan de ser los niños irritantes de antaño; enfrentan, al igual que sus compañeros, una preadolescencia dolorosa y negra, y su química se desenvuelve con mayor naturalidad y soltura que antes. Pero en esta ocasión (y pese a ciertas ligeras insinuaciones amorosas), la cotidianidad en Hogwarts se reduce para enfocarse directamente en esa hazaña que Harry lleva a cabo a través de pasadizos ocultos y estancias prohibidas, desafiando la autoridad de los adultos como nunca; incluso el quidditch aparece aquí en su versión menos lúdica y más cruenta, entre lluvia incesante y tormenta ruidosa.

Cuarón y Kloves se acuerdan de Shyamalan al dedicar una última parte de metraje a la inesperada revelación de identidades y misterios bajo las apariencias (apoyadas por las grandes interpretaciones de David Thewlis, Gary Oldman y un Radcliffe que sabe transmitir esa pérdida de luz de su álter-ego, llenada con el cinismo y las ansias de venganza), pero más aún al proponer ese ingenioso viraje de la trama empleando la ruptura temporal y llevándolo todo a registros confusos, paradójicos y fascinantes (con Harry y Hermione cuales homólogos de los Marty y Brown de "Regreso al Futuro"...).
Al contrario que el torpe final de "La Cámara...", aquí las incógnitas no son vomitadas por uno o más personajes, sino que las observaremos desde el punto de vista de Harry (y Ron y Hermione), surtiendo un efecto mucho más impactante y dramático en el espectador, y sin recurrir al salvavidas de siempre (Voldemort) para generar terror (la intriga emerge del pasado paternofilial directo del héroe, enlazando con la fatal tragedia "shakespeariana"). El director desde luego ha entendido como hacer funcionar los mecanismos del misterio, siendo una de esas pocas veces donde la espectacularidad y los caros efectos visuales no solapan la complejidad argumental ni la densidad emocional.

Con el mayor cambio de reparto en la sustitución del enorme Harris por el no menos competente y carismático Michael Gambon, un excelente actor teatral, este tercer asalto del universo "potteriano", si bien en su momento disfrutó de una excelente taquilla y recepción crítica, elogiándose el significativo cambio de naturaleza y atmósfera, sería curiosamente la entrega que menos éxito cosechó en cines, incluso por debajo de su predecesora (¡¿?!).
Quizás las licencias de fidelidad literaria la lastraron, sin embargo sigue siendo un pilar fundamental en la saga; Cuarón llegó y lo cambió todo con su estilo sensible y realista, y a partir de ahora la fantasía se tornaría oscura y terrorífica, más adulta...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow