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Voto de Chris Jiménez:
2
Comedia Una mañana de agosto, los padres de Chechu salen de viaje y dejan en casa al abuelo, al tío, al jardinero, la cocinera, la doncella y al novio de ésta. Cada cual intenta aprovechar la libertad y conseguir su sueño anhelado: el de Chechu es dejar de ser un niño, y cree que sólo lo logrará perdiendo su virginidad con la doncella, pero su novio no está de acuerdo... Ni el abuelo, ni el tío, ni la mismísima doncella. (FILMAFFINITY)
15 de octubre de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A todos se nos dispararon las hormonas cuando alcanzamos la adolescencia, es ley de vida. Salvo ciertos casos excepcionales lo normal es que nos olvidásemos de los deberes y los juegos y centrásemos nuestra mente en una cosa: las chicas.

Esos pensamientos alimentaban fantasías la mar de morbosas y excitantes. Y de las que más cabida tenían eran la figura de la maestra o la niñera. En la televisión la dieron una tarde, una tarde en lo que no había nada que hacer, y yo tendría unos trece años, es todo lo que recuerdo; aguanté para ver si el caradura de Chechu conseguía llevarse al catre a la Pauli. Un monumento de chavala lo que por aquel entonces era Neus Asensi, seguramente una de las actrices españolas más morbosas y guapas que había entonces junto con Penélope Cruz y Maribel Verdú, por poner algunos ejemplos (actrices que estaban buenas, que no buenas actrices, que es distinto...).
"Chechu y Famila" fue una de las primeras películas de Asensi como protagonista después de trabajar en la televisión y aparecer en infumables petardadas como "Jet Marbella Set", de Ozores, o "Sevilla Connection", una gilipollez que hicieron Los Morancos para el cine. Era la chica perfecta para el delirio costumbrista y nada ofensivo que se pretendía cascar Álvaro Sáenz de Heredia tras dos comedias con Martes y 13 de protagonistas; una regular ("El Robobo de la Jojoya") y una de las cosas más horribles que he visto en mi vida ("Aquí Huele a Muerto...").

No todos tenemos la suerte de que una criada de veintipocos con un cuerpo de escándalo como el de Pauli esté rondando por nuestro chalet con piscina como si eso se tratara de una película de Rocco Siffredi, muchos nos conformábamos con darle a la imaginación, pero, mire usted, a veces existen esos privilegios. Es fácil identificarse con alguien como Chechu, un chaval en plenas vacaciones de verano que escucha "rock" sin parar y que va a hacer el vago todo lo que pueda ya que sus padres están de viaje.
Aparte de esto, pondrá todo su empeño en cepillarse (o por lo menos meterle mano cuanto pueda) a la zorra de la criada, quien, para más inri, tiene un novio un tanto quinqui con un ladrillo en lugar de cerebro. Por si no fuera poco, en el caserón se quedan con Chechu su tío Tedy, que sólo piensa en zampar, el jardinero Jacinto, la cocinera Marusa y su abuelo, un republicano cascarrabias que montará en cólera constantemente por las ocurrencias de su nieto y el gordo hermano de su nuera. Sáenz de Heredia tuvo la suerte de contar nada menos que con el ilustre Fernando Fernán Gómez en el reparto, un hombre agravado por sus problemas de salud y por la falta de cabeza de los estudios, que no le llamaron para buenos proyectos (a excepción de "Belle Époque" y "El Abuelo").

"Chechu y Famila" fue uno de tantos mediocres films en los que apareció, una pícara comedia española de toda la vida que se apoyaba en un concepto repetido hasta la saciedad: el chico que está obsesionado con una joven mayor que él, presentado de forma similar a cómo sucedía en la francesa "Il est Genial Papy!", "La Chica de mis Sueños", "El Palomo Cojo" o la aberrante "La Teta y la Luna", salvando las distancias. Los líos y situaciones cómicas, alargadas y tediosas por el director, son más que nada los roces que Chechu se trae con Pauli.
Pero también las discusiones que Tedy se trae con don José, papel hecho a la medida de Fernán Gómez, ese abuelo sabio y sin embargo mentiroso y caradura, orgulloso de ser republicano pero lejos de ser liberal y tolerante, escandalizado con el podrido mundo que le rodea y con su nieto, cínico interesado en el dinero y en el sexo; un personaje interesante y sin embargo echado a perder por el pésimo guión. Neus Asensi está para explotar su atractivo físico y nada más y el chuleras de César Lucendo, que no hizo nada relevante ni antes ni después de esto, metido en su papel a conciencia.

Para rematar, el simpático de Luis Lorenzo apareciendo por enésima vez como mariquita.
Se salvan Raúl Fraire, Antonio Flores y Esperanza Roy, que por lo menos consiguen sacar alguna que otra risa con sus interpretaciones, pero nada más.
Chris Jiménez
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