Por alguna razón, el ser humano siempre ha estado intentando saciar su curiosidad, su interés por lo desconocido, y es que es intrínseco a él, algo que se halla en su naturaleza. Lo misterioso, lo recóndito, lo morboso, lo monstruoso...
Queremos alcanzarlo para comprobar qué límites somos capaces de cruzar; así, ese deseo nuestro de exploración de territorios desconocidos se acaba transformando en una aventura interior que nos arrastra al subsuelo profundo de nuestro inconsciente.

Es una de las intenciones del director con respecto a su público y lo que sucede con los personajes de esta película, la cual ha conseguido convertirse, por méritos propios, en un auténtico clásico del celuloide. En efecto, porque, aunque a estas alturas ya lo sabe todo el mundo (alguno habrá que no...), conviene volver a subrayar lo importante que fue "Tesis", y no sólo para el cine español, cuyo panorama sería cambiado en 1.996 por un joven de 24 años llamado Alejandro Amenábar Cantos.
Estudiante de ciencias de la información en la Universidad Complutense de Madrid y gran conocedor de la industria del cine, Amenábar empezó realizando algunos pequeños y baratos cortometrajes como "Luna" o "Himenóptero", los cuales significarían su transición a los largometrajes; de hecho, este último sería visto por el celebérrimo José Luis Cuerda, director de las inolvidables "El Bosque Animado" o "Amanece, que no es Poco", dejándole entusiasmado e interesado por el trabajo y los proyectos de Amenábar, quien pasó a ser rápidamente su protegido (menuda suerte tuvo el cabrón...).

Rodada durante los meses de verano, la película nos introduce en la vida de Ángela, una estudiante de la universidad que está realizando una tesis sobre la violencia audiovisual; según ella, detesta la violencia, y no soporta que la sociedad, a través del cine y la televisión, se esté acostumbrando a ella...sin embargo no tiene más remedio que documentarse para su trabajo, con lo que últimamente busca películas de contenido altamente violento. Así acaba relacionándose con el cafre de Chema, un gran conocedor del "gore" y lo extremo que revelerá a los ingenuos ojos de Ángela una colección de imágenes escabrosas y perturbadoras.
Mientras tanto, un profesor que ayudaba a la chica con su tesis, ha fallecido de un infarto al ver una película que había accedido a buscar para ella. Chema y Ángela se meterán de cabeza en un peligroso juego ya que dicha película contiene escenas de un asesinato real grabado ante la cámara, un asesinato cuya víctima parece ser otra estudiante de la misma universidad, desaparecida dos años atrás...

Con "Tesis", Amenábar traspasa fronteras en el "thriller" de suspense realizando una irreverente crítica del negocio cinematográfico desde el punto de vista de aquellos que lo ven como un espectáculo y un estudio de la fascinación del ser humano no sólo por la violencia, sino por lo que no se atreve a descubrir (quizá por el miedo que le puede provocar el sentirse atraído por ello), todo esto tomando el director conciencia de la situación en la que se halla la sociedad del momento, cada vez más obsesionada y manipulada, en cierto modo, por la televisión, los "reality shows" y la imagen.
Amenábar crea ingeniosamente una intriga que opera a dos niveles, la normalidad y la monstruosidad, la apariencia y la cara oculta, dos niveles que, a medida que la acción avanza, se tornan cada vez más permeables. Así, vemos cómo Ángela se va inmiscuyendo en un universo oculto y siniestro que supuestamente le produce repulsión; no obstante, sus ansias de descubrir, su instintiva atracción por lo morboso (que se dan desde el comienzo, cuando hace lo posible por ver el cadáver en las vías) acaban por hacerla pasar al otro lado del espejo, por penetrar en el corazón de una ficción que se escora plenamente del lado de lo fantasmagórico y enfermizo.

Además, Amenábar, como Lynch o Cronenberg (directores cuya influencia se aprecia en su obra), no sólo enseña, sino que, como todo buen poeta de la imagen que se precie, insinúa lo escondido, hace metáfora de la realidad tanto social como onírica, y sorprende, con el terror que se siente sabiendo, o creyendo saber, lo que subyace bajo la existencia anodina de la que somos parte. Ideas que envuelven una trama cargada de suspense, ambigüedad y sorpresas (con algún que otro suceso previsible aunque excusable) con reminiscecias a Hitchcock o DePalma, aunque por su estética y narrativa recuerde a los "giallos" de Argento, e incluso en ocasiones (por el ojo de la cámara, observando impasible en todo momento, y la fascinación por lo oculto) parece ubicarse en los mismos niveles que el "Arrebato" de Zulueta.
En otros ámbitos, hallamos un gran plantel en la película, destacando el impagable Fele Martínez y un Eduardo Noriega que queda de miedo como psicópata poco fiable, seguidos de los eficientes Xabier Elorriaga y Miguel Picazo; de sobras es sabido lo gran actriz que es Ana Torrent...pero la verdad es que se me hace del todo detestable con su personaje de Ángela.

Alejandro Amenábar le da una vuelta al "thriller" de nuestro país que ya se hacía del todo necesario desenvolviéndose a la perfección en los terrenos de lo grotesco, lo perturbador y lo inquietante (y quien lo dude que ponga atención a las escenas que transcurren en el sótano), ganándose sus galones de cineasta de pleno derecho, cuyo resultado será ver su ópera prima coronada con nada menos que siete Goyas.
"Tesis" es eso, la obra de toque de un director empeñado en cambiar el concepto que la gran mayoría tiene del cine español. De hecho, muchos la siguen considerando su mejor película, que es ya, hoy por hoy, un referente obligatorio para todos aquellos que presuman de ser amantes del buen cine.