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Voto de Chris Jiménez:
8
Western Tras la muerte de Juárez, en México dominan la injusticia y el terror. Joe (Clint Eastwood), un pistolero vagabundo, llega al pueblo fronterizo de San Miguel, donde dos familias se disputan el control del territorio, y entra al servicio del clan Rojo. Una noche, es testigo del intercambio de oro por armas entre mexicanos y soldados de la Unión. Remake en clave de western de "Yojimbo", de Akira Kurosawa. (FILMAFFINITY)
26 de setiembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un individuo sucio, de aspecto duro y peligroso, con rostro de rasgos finos e inquietantes, susceptibles de contraerse, y unos ojos escrutadores, estrechos como saeteras, se adentra silenciosamente a lomos de su caballo en el pueblo de San Miguel, a la vista de unos pocos, tras contemplar a otro hombre muerto que se marcha de él...

Sergio Leone ya había realizado "El Coloso de Rodas" tras años de servir como asistente de dirección y guionista, y se daba cuenta de que el "peplum" parecía vivir una popularidad descendente, pero si había un género que todavía era rentable en su Europa era el "western", pese a que el canto funeral del mismo se había dado en 1.962 cuando Ford dirigió "El Hombre que Mató a Liberty Valance" y Peckinpah apareciera de improviso e irascible con "Duelo en la Alta Sierra". Sin embargo la audiencia italiana se mofaba bastante del clasicismo americano, de su maniqueísmo y las maneras tan poco creíbles de los cowboys.
De este modo, el director, tomando buena nota de directores anteriores, decidió rematar el vuelco que le estaban dando a ese mundo tan noble y plano imaginado por los yanquis; cuando éste vio "Yojimbo" en cines supo que podía trasladar su historia al universo del Oeste y sacar una buena película de ello (aunque el concepto de "Por un Puñado de Dólares" y su desarrollo es puramente anecdótico y muy incierto...). Esta idea provocaría a Leone numerosos problemas legales con el sr. Kurosawa, que terminaría demandándole y quedándose con los derechos de distribución en Japón (si bien "Yojimbo" era una adaptación libre de "Red Harvest"...).

La melodía principal (la más memorable de la Trilogía del Dólar), entre ligeros silbidos y leves rasgueos de guitarra, nos imbuyen en una especie de fantasía melancólica y que junto a los colores rojo y negro de los créditos principales, transmiten la desolación de una historia situada en tierra de nadie, una tierra quizás soñada, que pudo o no estar ahí realmente, lejana pero fácil de apreciar su atmósfera de sangre, sudor, moscas y plomo. Leone se influencia, como gran conocedor del cine americano, de "Raíces Profundas" o el estilo "peckinpahniano", pero para él no hay ningún honor en el Oeste, ni magnánimos sheriffs, sólo buitres carroñeros.
Así, el italiano promulga orgulloso la definitiva ruptura estética y moral del "western" iniciada por Klimovsky, Bergonzelli o Romero Marchent. Y gracias a la sencilla secuencia inicial poco a poco asistimos a la consagración de un subgénero que tendrá repercusión en el mundo entero; en San Miguel, dos familias se disputan el liderazgo: los Rojo controlan el alcohol, los Baxter dominan el comercio de armas. El pueblo no es más que un lugar muerto, y todos los hombres que buscan problemas se hallan en el cementerio, pero el forastero tiene una idea mucho mejor: enriquecerse sirviéndose de ambas familias, cosa que sabe que puede lograr gracias a su astucia y su habilidad con el gatillo.

Pronto conoce al sanguinario Ramón, uno de los hermanos Rojo, y al sheriff John Baxter, y no dudará en aprovecharse del enfrentamiento que se mantiene entre ellos y el robo de una gran suma de dinero por parte del primero a unos soldados mexicanos. El sacrosanto género se desfigura y desciende al inframundo de su propia mitología para renacer. Se descalifica para siempre su tendencia al academicismo, se acaba el maniqueísmo, toma importancia la violencia y la corrupción de un ser humano podrido. Realismo, dureza, humor negro y ambigüedad contra grandilocuencia y bondad.
El Monument Valley desaparece, y las puestas de Sol con los héroes caminando hacia el horizonte; aquí el "bueno" se queda quieto mientras disparan contra un niño, observa cómo muere gente sin inmutarse, juega con unos y con otros por sus propios intereses, aunque tampoco es un desalmado, pues acaba ayudando a quienes lo necesitan (esta ambigüedad fue blanco de los críticos americanos). Un Clint Eastwood de 34 años que estaba cosechando bastante éxito con "Rawhide", aceptó a ciegas la oferta de Leone de convertirse en el "Hombre sin Nombre", y la razón es bien sencilla. Su personaje de la serie, Rowdy Yates, era poco más que un chiquillo plano y sin sombras, que obedecía órdenes, y al que las fans apodaron "el cowboy más guapo del Mundo".

Eastwood vio al contrario de Yates en el antihéroe de Leone, un hombre taimado, terriblemente individualista, violento a placer (observerá concienzudamente la matanza de los Baxter hasta el final), cuya únicas vías de proceder serán su astucia y su violencia ("¿a quién le gusta algo que ni siquiera sabe lo que es?", espeta a Ramón) y preocupado de su dinero. Gracias a esta primera encarnación del forastero desconocido, la figura del futuro actor y director acabaría inmortalizada para la eternidad.
Le seguía decentemente un Gian M.ª Volonté convertido en uno de los malos más malos del "western", gracias al personaje de Ramón y al que interpretaría en "La Muerte tenía un Precio"; preciosa Marianne Koch y geniales José Calvo y Joe Egger. Igual de memorables resultan la banda sonora de Morricone y el manejo de Leone tras la cámara, que aparte de hacer brillar de un modo especial los desiertos de Almería, dota al Far West de una dimensión más profunda y oscura, surrealista y experimental de vez en cuando (genial el plano subjetivo del moribundo Ramón), absolutamente mordaz en ocasiones.

Sí, "Por un Puñado de Dólares" sustituye las katanas y los ronin de "Yojimbo" sin ningún pudor, y la historia, más veloz, es exactamente la misma (incluso hay secuencias plagiadas plano por plano). Sin embargo, la ruptura y libertad de Sergio Leone crearía escuela, y tanto su estilo como su obra serían imitados hasta la saciedad.
Nacimiento de una leyenda, el primer "spaghetti western" mítico, parte de una trilogía que significaría a su vez la demolición y resurrección de un género cinematográfico.
Chris Jiménez
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